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Se fue al espacio sideral en forma sencilla, con esa alegría y trasparencia que traspiraba su sonrisa y sus palabras.

Marcela Gereda

Era de esas personas que te comparte todo lo que tiene. Sin reservas. Le conocí el 27 de mayo 2011. El necesitaba jalón de Antigua hacia Aurora II en la capital. Venía de un congreso de Historia de la Odontología, celebrado en Antigua Guatemala. El tráfico de la Roosvelt, se convirtió en un aliado para conocer y valorar a un verdadero personaje. De esos seres únicos que marcan la historia de un país sin reconocerlo y sin mofarse de ello. Y que marcaba la vida de las personas también de una forma muy única.

El doctor Carlos Gehlert Mata, fue un médico que impulsó la democratizazción de la salud para el país. Creía que salud era el punto de partida para el desarrollo de un pueblo y vivió en coherencia con eso. Por su formación de salubrista y por las condiciones precarias que atraviesan a las grandes mayorías de este país formado de privilegio de unos pocos, impulsó actividades destinadas a dar prioridad a la medicina preventiva. Entre 1988 y 1991 fue vice- Ministro de Salud Pública.

No fue solo su Maestría en Salud Pública, sino un humanismo inmenso le hacía apostarle a un sistema de salud para todos. Por muchos años, fue Profesor del área de Ejercicio Profesional Supervisado (EPS) de la Facultad de Odontología de la Universidad de San Carlos. Director del Instituto Centro Americano de Población y Familia.

Fue tambien un gran académico, investigador y salubrista de altos vuelos. Además fue columnista del Diario El Gráfico en donde plasmó su humanismo, su fe en la gente, la búsqueda de una Guatemala más de todos y un deseo permanente por la prevención de las enfermedades carenciales en nuestro país (diarreas, desnutrición infantil, enfermedades de las vías aéreas, etc.)

En este proyecto de ceguera e inconsciencia global en el que nos ha embaucado el capitalismo salvaje, viviendo inmersos en un mundo en el que asistimos de manera alienada a nuestra propia auto-destrucción, El Dr. Gehlert Mata vivió para educar a una población con sed de conocimiento. Lo hizo con entrega, alegría y convicción.

El pasado 22 de diciembre, partió el Dr. Gehlert Mata, ese ser auténticamente honesto y humilde. Acaso uno de los últimos en su especie. Se fue al espacio sideral en forma sencilla, con esa alegría y trasparencia que traspiraba su sonrisa y sus palabras, se fue en su modesta casa de la Colonia Aurora II a sus 85 años.

Esta extraña geografía sobrecogedora produce los extremos humanos más irreconciliables: gente de corazón limpio y humilde como Gehlert Mata, y a la vez tenemos una gran reserva de gente obtusa y derrochadora (como quienes nos gobiernan). Péndulo de contradicciones.

Ahora que vemos caos y crisis por cada punto cardinal, pienso y evoco la humanidad del Dr. Gehlert Mata, en el ejemplo que fue para muchos defensores y activistas de la salud, estudiantes y docentes de la Usac, y en la necesidad de refundar el país con gente del tamaño y talla de este médico de cuerpo y almas.

Fuente: [https://elperiodico.com.gt/opinion/2019/01/14/gehlert-mata/]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Marcela Gereda
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