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Carlos López

Según The Guardian, desde su creación por el Reino Unido, Israel ha asesinado a 330 mil personas; ha desplazado a 2 millones; tiene sometidos a más de 2 millones de civiles en Cisjordania con el apartheid y ha destruido el 60 % del territorio de Palestina.

Desde el 7 de octubre de 2023 el genocidio de Israel en Palestina ha provocado que más de 15 mil personas en Gaza necesiten prótesis debido a la pérdida de sus extremidades; 10 mil de estas víctimas son niños; más de 50 mil palestinos han sido asesinados; entre ellos, 130 periodistas, 200 trabajadores de la Organización de las Naciones Unidas; hay 95 mil heridos, 2 millones de desplazados, 80 % de infraestructura reventada y el 86 % de la Franja de Gaza fue destruida.

«El pueblo elegido de Dios» ha bloqueado cualquier tipo de ayuda humanitaria. No hay ni un solo crimen de guerra que Israel no haya cometido. No hay ni solo un método de tortura que Israel no haya practicado. No hay ni una sola ley natural y humana que Israel no haya profanado. Israel es el mal absoluto. Israel es el estado más maldito de la tierra. Los sionistas han prendido fuego a los campos de Palestina; han cortado con motosierras los árboles de olivo de los campesinos palestinos.

Estados Unidos, el patrocinador del genocidio, ha aportado 18 mil millones de dólares para tal fin. Cada habitante de Gaza masacrado le ha costado a los contribuyentes de Estados Unidos 428 mil 928 dólares con 87 centavos.

En Vietnam fueron asesinados 63 periodistas; en la Segunda Guerra Mundial, 69; en Gaza han muerto 177. En Hiroshima, Estados Unidos aventó 15,000 toneladas de explosivos; en Londres, Hitler tiró 20,000 toneladas; en Gaza, Estados Unidos arrojó, vía Israel, 85,000 toneladas.

Colonos sionistas organizan una macabra atracción turística en la frontera con Gaza para disfrutar del genocidio, donde se hacen fotos familiares y organizan picnics mientras caen las bombas sobre los niños palestinos. Niños sionistas bailan como en una kermés, mientras sus madres despotrican, echan maldiciones a la gente palestina y desafían la solidaridad internacional: «Si tanto quiere el mundo a los palestinos, que vengan y se los lleven en barcos a su casa», gritan desquiciadas. Ésta es la maldad y el sadismo de los sionistas; disfrutan con el genocidio mientras esperan el exterminio y la deportación masiva de los palestinos para ir a robarle sus tierras.

Tanya Haj-Hassan, que estuvo como voluntaria en Gaza, denuncia las altas cifras de niños desaparecidos en Gaza, que elevarían los números de niños asesinados por Israel hasta casi 40,000. Según Haj-Hassan, «hay más de 20,000 niños en Gaza que están desaparecidos, según los informes de Save the Children. Desaparecidos significa que están bajo los escombros, en fosas comunes o mutilados hasta quedar irreconocibles y no poderlos identificar». De lo que se trata es de borrar cualquier rastro de su existencia.

Una mujer palestina del norte de la Franja de Gaza lanza un grito de auxilio en mitad de los desplazamientos forzados del campo de refugiados de Jabalia: «No somos animales ni números, somos seres humanos, somos personas que amamos criar a nuestros hijos. Nuestra historia está siendo borrada, nuestro presente, nuestro futuro y cualquier vida que vivimos está siendo borrada».

«El pueblo elegido de Dios» ha bloqueado cualquier tipo de ayuda humanitaria. No hay ni un solo crimen de guerra que Israel no haya cometido. No hay ni solo un método de tortura que Israel no haya practicado. No hay ni una sola ley natural y humana que Israel no haya profanado.

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Carlos López
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