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Gatopardismo

Danilo Santos

Los dos caminos que deben recorrer las dos propuestas de reforma a la Ley Electoral y de Partidos Políticos son completamente distintos. La propuesta de la Comisión Electoral del Congreso ya tiene avanzados los acuerdos mínimos, la propuesta del Tribunal Supremo Electoral no cuenta con ellos.

En la propuesta que ya tienen bastante consensuada los Congresistas, se crean los subdistritos y el voto preferencial, la segunda vuelta para alcaldías y se elimina la condición de que solo juristas puedan ser magistrados del TSE; se deja fuera la paridad de mujeres e indígenas, y se elimina la creación de partidos distritales.

Por otro lado, la propuesta del TSE sí contempla la paridad, además de la posibilidad de revocatoria de mandato a la mitad del periodo para todos los cargos. También propone que la reelección en el Congreso sea solo de un periodo y luego tendría que transcurrir otro periodo para poder optar nuevamente a una diputación. Abre la posibilidad a los partidos distritales y el voto preferente es extendido.

Con el tiempo que resta para terminar el periodo legislativo del presente año, apenas alcanzará a entrar la propuesta al hemiciclo, la propuesta hecha por la Comisión de Asuntos Electorales, y esta deberá pasar con ciento cinco votos. La propuesta del TSE no tiene posibilidades este año y el contexto en el que seguramente se conocerá el próximo año en el Congreso, será distinto.

De ser aprobada la propuesta de la Comisión electoral, esta deberá pasar a la Corte de Constitucionalidad para su revisión y en el decreto deberá decir a partir de cuándo cobran vigencia los cambios. Si pasa en el Congreso y la vigencia propuesta es para las elecciones del 2019, los diputados habrán entendido un poco lo que las Plazas han planteado. La propuesta del TSE no tiene posibilidades de ser aprobada para que entre en vigencia antes de las próximas elecciones.

Por lo tanto, estamos frente a la posibilidad de una reforma a la Ley Electoral desde los Partidos Políticos. Es un hecho que hay avances, pero de manera muy ajustada, quien esté bien organizado y tenga estructuras fuertes en el interior de la República, incluso puede salir beneficiado y sus niveles de representación saldrían fortalecidos. Los ocho departamentos donde se crean subdistritos y voto preferente, históricamente, por su densidad de votantes, han sido decisorios en las elecciones presidenciales; esta vez ese voto puede ser más dividido y las distancias más cortas entre quienes punteen alto en la carrera por la Presidencia de la República.

Parece ser que, ante la dispersión y la falta de unidad de acción política, solo van quedando las próximas elecciones para hacer los cambios que queremos en el Congreso y la Presidencia. El embajador Arreaga observa. El sector privado hace malabares. La izquierda se dispersa y la ciudadanía está siendo llevada a nuevas elecciones al punto que “Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie”.
 Eso sí, despacito, no vaya ser que el poder se les salga de las manos y ni la injerencia extranjera ni el conservadurismo y violencia acostumbrada, puedan controlar a una población que no quiere gatopardismo sino cambios estructurales.

Fuente: [http://lahora.gt/gatopardismo/]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Danilo Santos Salazar