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Fuentes Mohr y su legado, a 35 años de su asesinato

EDUARDO ANTONIO VELÁSQUEZ CARRERA

Nació el 22 de noviembre de 1927 en la ciudad de Quetzaltenango, hijo del odontólogo Alberto Fuentes Castillo y de la señora María Luisa Mohr. Su nombre completo era Héctor Alberto. Su padre fue alcalde de Quetzaltenango, postulado por el Partido Acción Revolucionaria -PAR- en los años de la Revolución de Octubre.

Era también propietario de la Farmacia “Fuentes”, según recuerda Gil Zu. La secretaria del PAR era por aquellos años, la profesora Lucila Rodas de Villagrán, esposa del famoso miembro de la legión extranjera francesa, el destacado poeta, Víctor Villagrán Amaya. Su madre era descendiente de una familia alemana, que fuera accionista del Banco de Occidente. En fin, de una familia de clase media alta, bastante acomodada de Quetzaltenango.

Realizó sus estudios primarios en Francia y Marruecos. Los estudios secundarios los realizó, previo ganar una beca, en 1939, para estudiar en el Instituto Nacional de Varones de Occidente –INVO- donde se graduó de bachiller en ciencias y letras. Fueron sus compañeros de estudios secundarios, Jorge Edilberto Rosal, Adrián Alonzo, Werner Ovalle López y Mario Aníbal González, entre otros.  En un contexto más amplio, como bien lo indica Marco Vinicio Mejía Dávila, la personalidad de Fuentes Mohr y su legado necesitan apreciarse dentro de un esfuerzo generacional, en que destacaron Manuel Colom Argueta, Adolfo Mijangos López, Edgar Balsells Tojo, Manuel Andrade Roca y varios más. De otro modo, Fuentes Mohr aparece como una figura aislada”.

Su compañero y amigo, el también economista, Mario Aníbal González, apunta que “al caer la dictadura de Ubico, en 1944, participa en los movimientos cívicos anteriores al 20 de Octubre, en Quetzaltenango. De esa cuenta le vimos como líder estudiantil, a los 17 años, el día 14 de octubre de 1944, dirigiéndose al pueblo de Quetzaltenango en protesta por la injusta represión que se hacía contra quienes gritaban ¡Viva Arévalo!, y así lo vemos por primera vez enfrentarse con valentía, como siempre lo hizo, a los esbirros de la dictadura, exigiendo la renuncia de las autoridades departamentales de aquella época”. Señala, además, que integraron la Guardia Cívica en Xelajú y que Alberto se incorpora al Frente Popular Libertador.

Posteriormente, gana una beca del Banco de Guatemala para estudiar la carrera de Economía en el Canadá, en donde obtuvo la licenciatura y la maestría en la Universidad de MacGill, en Montreal y posteriormente el Doctorado en Economía en el London School of Economics. Por esos años, contrae nupcias con la señora Shirley Ann Knight, de origen canadiense. El doctorado lo concluyó cuando tenía 28 años. Retornó al país a trabajar un tiempo en el Banco de Guatemala. Inmediatamente después, según apunta Mario Aníbal González, inicia una fructífera vida como funcionario internacional, desempeñándose en el departamento de Administración Fiduciaria de las Naciones Unidas (1956-1957). Luego pasa a ser Jefe de la Sección de Comercio Exterior de CEPAL, subsede de México, entre 1957 y 1958. El gobierno de Guatemala lo contrata, en 1958, para fundar la oficina de Integración Económica de Centroamérica en Guatemala, después de ser uno de los signantes del Tratado Multilateral de Libre Comercio en Tegucigalpa, Honduras en 1958. Entre 1962 y 1966, Fuentes Mohr funge como jefe de la Misión conjunta de programación para Centroamérica, organismo de carácter internacional que funcionó con gran éxito y prestigio. En 1962 fue designado miembro del Consejo Directivo del Instituto Latinoamericano de Planificación Económica y Social, -ILPES- en Santiago de Chile. Para 1965, pasó a ser el representante del Mercado Común Centroamericano ante la Comunidad Económica Europea, con sede en Bélgica. En 1968 fue consultor de las Naciones Unidas ante el Consejo Consultivo Permanente del Mahgreb (Marruecos, Argelia, Túnez y Libia). Fue también Director del Banco Centroamericano de Integración Económica -BCIE- y hasta mediados de 1978, funcionario de la Conferencia Mundial de Comercio y Desarrollo (UNCTAD), con misiones en Europa, América Latina, África, etc.

Asimismo, Mario Aníbal González lo recuerda como una persona con amplio conocimiento político y conocedor, no solo, de la realidad de Guatemala y del Istmo, sino especialmente de la realidad internacional, una virtud bastante rara entre los guatemaltecos y particularmente entre economistas y profesionales del país. Fernando González Davison, entonces joven estudiante en Ginebra, Suiza, lo recuerda como poseedor de una personalidad amable, locuaz y con una sonrisa amplia. Era un hombre inteligente, sin duda. Al autor del artículo, siendo Decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de San Carlos de Guatemala y en visita oficial en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, en torno de 2005, la esposa de uno de los asesores del Decano de aquella facultad, recordó a los economistas guatemaltecos que llegaban a Tegucigalpa, en los albores de la fundación del Banco Centroamericano de Integración Económica  -BCIE-, entre ellos, Alberto Fuentes Mohr, “como parranderos, festivos, alegres, de holgorios inolvidables”.

A sus 30 años fue condecorado por el gobierno de Guatemala, con la Orden del Quetzal en el grado de comendador, por relevantes méritos en la construcción de la integración económica centro y latinoamericana. La actividad profesional de Fuentes Mohr, señala Carlos Cáceres, “se integró con acontecimientos de especial importancia, pues fue un protagonista activo en la creación del Sistema Económico Latinoamericano (SELA), cuyo objetivo es promover un sistema de consulta y coordinación para estrategias económicas comunes en América Latina y el Caribe; y subsecretario de la División de Cooperación entre Países en Desarrollo de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo –UNCTAD”. Según González Davison, dejó ese cargo para venirse a trabajar a Guatemala.

De acuerdo con Carlos Cáceres: “Para Fuentes Mohr el desarrollo de un programa con un absoluto respeto a valores como la justicia, tolerancia, diálogo, negociación política y, asimismo, confianza en la administración pública, otorgando especial prioridad a la educación y logrando un mayor nivel de bienestar económico -entre otros-, es posible con la participación de campesinos, obreros, maestros, estudiantes, militares, profesionales, capitalistas de visión y, todos unidos en un esfuerzo común, el movimiento revolucionario puede proyectarse históricamente y afirmar su arraigo en el pueblo”. Lo anterior, lo expuso en la mesa redonda “La Revolución de Octubre y sus Proyecciones Futuras”, organizada por la Universidad de San Carlos en octubre de 1968 y, posteriormente, editada en el texto El camino de Guatemala, según lo consigna este autor.

Para cuando llega al poder político Julio César Méndez Montenegro (1966-1970), a su gobierno se le empieza a llamar el “tercer gobierno de la revolución “ con fines propagandísticos, Fuentes Mohr fue nombrado Ministro de Hacienda y Crédito Público en 1966 y dos años después fungió como Ministro de Relaciones Exteriores. Ese cambio obedeció al fuerte rechazo de la oligarquía guatemalteca al proyecto de reforma tributaria que quiso implementar. Se sabe que pretendió modernizar el impuesto sobre la renta (ISR) toda vez que creía que los ciudadanos con mayor ingreso, tenía que pagar impuestos de forma progresiva, para que el desarrollo del país, por la vía de la distribución del ingreso, pudiera realizarse por medio del gasto público. Fue secuestrado por la guerrilla de las Fuerzas Armadas Rebeldes -FAR- en 1970 y liberado después de una negociación entre la guerrilla y el gobierno, en la que este último aceptó liberar a un guerrillero, de nombre Vicente Girón Calvillo. De este episodio, escribió un libro titulado (1971) “Secuestro y Prisión: Dos caras de la violencia en Guatemala”, que fuera publicado por la Editorial Universitaria Centroamericana (EDUCA), en San José, Costa Rica.

Durante el régimen militarista de Carlos Arana Osorio (1970-1974) fue detenido arbitrariamente y, posteriormente, fue dejado en libertad, extremo que aprovechó para exiliarse. Lo hizo en San José, Costa Rica en donde se desempeñó como Profesor universitario de Economía en la Universidad Nacional de Heredia. Además, se desempeñó como consultor de la Organización de Estados Americanos -OEA- habiendo publicado en esa ciudad el libro titulado (1973) “Impuestos sobre los intermediarios financieros y sus operaciones” y con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) el libro (1973) “La creación de un mercado común: apuntes históricos sobre la experiencia de Centroamérica”, publicado en Buenos Aires por el Instituto para la Integración de América Latina.

DESPUES DEL EXILIO, RETORNA EN 1974

Después de residir tres años en  Costa Rica, volvió a Guatemala en 1974, año eleccionario y el Frente Nacional de Oposición (FNO), integrado por los partidos Democracia Cristiana Guatemalteca (DCG), Frente Unido de la Revolución (FUR) y Partido Revolucionario Autentico (PRA), lo postuló como candidato a Vicepresidente, junto al presidenciable General José Efraín Ríos Montt. A pesar de que el binomio presidencial del FNO ganó ampliamente las elecciones, un escandaloso fraude electoral perpetrado por el régimen aranista impidió que Ríos Montt y Fuentes Mohr asumieran los respectivos cargos de elección popular. Los social demócratas creían que aun ganando la elección, no tendrían acceso al poder político, en tanto, no tuvieran a un candidato militar y por ello postularon a Ríos Montt, quien creyeron haría valer el triunfo en las urnas. De acuerdo a Miguel Ángel Alvizures, sindicalista por aquellos años, “Hubo manifestaciones, y él salió a las calles a liderarlas. Ríos Montt era el candidato presidencial, pero fue Alberto quien sacó la cara y estuvo presente”.

El autor de este artículo, recién ingresado a la Universidad de San Carlos de Guatemala, pudo escuchar el reclamo de los candidatos del Frente Nacional de Oposición en la Plaza Rogelia Cruz y sus lugares aledaños. El Doctor Fuentes Mohr se dirigió a la multitud universitaria denunciando el fraude electoral y la exigencia de respeto a la voluntad popular. El oficialismo militar impuso a sus candidatos, el General Kjell Eugenio Laugerud García y Mario Augusto Sandoval Alarcón. El General José Efraín Ríos Montt salió del país como agregado militar en la Embajada de Guatemala en Madrid, España; sin haber defendido el triunfo en las urnas electorales.

Cuatro años más tarde, en las elecciones generales de 1978, Fuentes Mohr fue electo diputado al Congreso por el Departamento de Quetzaltenango, a raíz de haberse integrado al proyecto político (Democracia Cristiana Guatemalteca-Frente de Participación Popular y Partido Revolucionario Auténtico), que postuló como candidatos a Presidente y Vicepresidente, a Ricardo Peralta Méndez y René Armando De León Schlotter; respectivamente. Esta última etapa de su vida la dedico a la creación y organización del Partido Socialista Democrático (PSD), el cual quedó constituido y admitido por el Estado el 26 de enero de 1979.

POR NINGUNA VIA: NI LAS URNAS, NI LAS ARMAS

Todos aquellos ciudadanos que ejercieron su derecho de organización política al margen de la guerrilla y que ofrecieron oposición a los regímenes militares, por medio de la participación democrática, inclusive creyendo en la conquista del poder político, por medio de las urnas, fueron también asesinados en su mayoría. Según PLAZA PÚBLICA, en el artículo titulado “Arredondo, el policía al servicio de la Inteligencia Militar” se pudo verificar que los asesinatos de Oliverio Castañeda de León, Alberto Fuentes Mohr y Manuel Colom Argueta fueron ejecutados por el Comando VI: “A través de Archivo de la PN se pudo comprobar que el Cuerpo de Detectives daba seguimiento al estudiante desde hacía cuatro meses. Además, según el informe “Del Silencio a la Memoria” del AHPN se encontró el documento sin remitente fechado 7 de noviembre de 1978, según el cual una persona de nombre Juan José González comunicó al Rector de la Universidad de San Carlos que el autor material de la ejecución de Oliverio Castañeda de León había sido el Chino Lima, quien según este informe se trata del coronel de Policía Juan Antonio Lima López, el segundo al mando del Comando VI después de Pedro García Arredondo. En 1979, justo cuando su partido iba a ser legalizado, fue asesinado Alberto Fuentes Mohr. Fuentes Mohr había sido ministro de Hacienda y Relaciones Exteriores durante el gobierno de Julio César Méndez Montenegro y candidato a la vicepresidencia con Efraín Ríos Montt en el 74. En el momento de su muerte fungía como diputado por Quetzaltenango y acababa de inscribir el Partido Socialista Democrático. El 25 de enero de 1979, su carro fue emboscado cuando salía de una sesión plenaria, frente a la Escuela Politécnica. Murió de 23 impactos de bala. Apenas un mes más tarde, el 22 de marzo de 1979, fue asesinado Manuel Colom Argueta, ex alcalde de Ciudad de Guatemala entre el 70 y el 74 y candidato a la Presidencia por el Frente Unido de la Revolución (FUR). Argueta tenía un gran carisma y su buen desempeño como alcalde de la ciudad hacía pensar que podría ganar cualquier elección a la que se presentara. Su asesinato se perpetró en la zona 9, cuando salía de su oficina. En un documento desclasificado de la Embajada de Estados Unidos, enviado el 15 de marzo de 1980, se implica directamente al Comando VI de los asesinatos de ambos líderes políticos. Fue enviado a raíz del asesinato de un agente de la G2 en Sipacapa, Escuintla, por miembros del Cuerpo de Detectives. Según la información detallada, el agente de la inteligencia de Sipacapa se encontraba investigando un robo de ganado y encontró a un detective a cargo de Valiente Téllez. El agente de la G2 le pidió ayuda y al día siguiente fue asesinado por tres detectives. Este documento, que se encuentra tachado casi en su totalidad, termina diciendo: “el asesinato de Manuel Colom Argueta y de Alberto Fuentes Mohr fue también trabajo del Comando VI, ejecutado bajo la dirección del Gobierno”.

REACCIONES SOBRE SU MUERTE

Rodrigo Borja, el líder político ecuatoriano en la edición del domingo 13/01/2013, del Diario El Comercio escribió: “La paz es el propósito declarado de todas las culturas, filosofías, ideologías políticas, religiones y credos. Sin embargo, por todas partes está ella conculcada o amenazada (…).  Recuerdo que a comienzos de los 80, en una despejada y cálida noche, salimos a caminar por las retorcidas y empinadas callejuelas de la Lisboa bohemia Gonzalo Córdova, Alberto Fuentes Mohr y Manuel Colom Argueta, quienes asistíamos a una conferencia internacional. Alberto había sido canciller de Guatemala y Manuel, alcalde de su capital. Cuando subíamos lánguidamente por una de las caprichosas callejas tenuemente alumbradas por faroles, Alberto nos comentó: -¡Esto es maravilloso! ¡No saben ustedes lo que es caminar sin regresar a ver y sin cuidarse de que te apunten con un arma desde algún balcón! Esto no se puede hacer en mi país. Claro, eran los tiempos de la indescriptible violencia política que se desató en Guatemala por más de tres décadas, con el saldo de 42,275 muertos -hombres, mujeres y niños- y un número no bien determinado de desplazados que va de quinientos mil hasta un millón y medio, según cifras presentadas por la “Comisión para el Esclarecimiento Histórico” en su informe de 1998. Recuerdo que en esa noche Manuel Colom reprochaba a Alberto Fuentes Mohr su falta de precaución al andar sin la debida protección por las calles de Guatemala. Él le respondió: “con guardia o sin guardia, igual nos van a matar”. Pocos días después, a mi retorno a Quito, leí consternado la noticia del asesinato de Alberto en una calle céntrica de Guatemala, por obra de sicarios de los escuadrones de la muerte. Pensé que Manuel había tenido la razón en aquel reproche de Lisboa. Pero pocas semanas después cayó a balazos Manuel Colom, con guardaespaldas y todo. Entonces cambié de opinión: tuvo Alberto la razón -trágica razón póstuma- puesto que, sin guardias el uno y con guardias el otro, corrieron la misma suerte”.

Para el editorialista de ElPeriódico, “La muerte violenta de Fuentes Mohr ocurrió en un período tremendamente represivo y sangriento en nuestro país. El General Romeo Lucas García gobernaba con mano de hierro. No se admitía la disidencia ni la crítica. El debate político estaba proscrito. Quien se oponía a los designios del gobernante corría el riesgo inminente de ser ejecutado o desaparecido.” Hay otros que piensan, que había un enfrentamiento entre el Ejército y el gobierno de Lucas García. El diputado Alberto Fuentes Mohr fue asesinado el 25 de enero de 1979 en la Avenida de la Reforma, cuando se dirigía hacia la casa del entonces Vicepresidente de la Republica, Francisco Villagrán Kramer, en donde habían acordado una reunión con un funcionario de la cooperación internacional.

Para el sociólogo, Carlos Cáceres: “Los ideales democráticos, la pluralidad del académico -doctor en filosofía y economista-, el hombre en la acción política, así como el integracionista, son factores que se empezaron a formar en Alberto Fuentes Mohr desde el proceso revolucionario de 1944 y siguen presentes en ciudadanas y ciudadanos de Guatemala al seguir el ejemplo de quien siempre tuvo el valor de la honestidad como esencial característica. (…) los impulsores del crimen en Guatemala no lograron detener su pensamiento con el exilio al que fue obligado en 1970 -después de permanecer en la cárcel-, ni cuando lo asesinaron el 25 de enero de 1979 «(…) por su excepcional inteligencia, por su prestigio y honestidad política e intelectual», destacó el Boletín Socialista Democrático (No. 6, 30 de junio, 1979). Por otra parte, indica Cáceres, la Revista Nueva Sociedad, editada en Venezuela (No. 40, 1979), se refirió a Fuentes Mohr exponiendo: «El dolor de su muerte es compartido por todos aquellos que, en América Latina, por defender la democracia como sistema de vida, sufren en carne propia la represión fascista o la amargura del exilio». Fuentes Mohr se planteó construir una Guatemala no para un grupo sino para todos los que nacieron en ella.

COMENTARIOS FINALES

Todavía en nuestro país y por nuestros días, hay ciudadanos conservadores y muchos de ellos militares que consideran que Fuentes Mohr fue un comunista confeso, casi desde que era un estudiante de educación media. Un guerrillero, para otros. O ambas cosas, según otros más. Es decir, un doctor en economía, graduado en el London School of Economics, de una de las Universidades más reputadas del mundo capitalista, visto como un delincuente guerrillero. Para estos sectores, Fuentes Mohr, no fue un visionario de la forma como la democracia capitalista debe concretizarse en el país, sino simplemente un líder socialista vinculado a la guerrilla, muy a pesar de sus ejecutorias en el ámbito profesional y  político. Son estos sectores los que lo acusaron del auto secuestro. Hay todavía ciudadanos que lo acusan de no haber tenido mayor brillo como funcionario público y para el desarrollo del país. Para otros de la misma tendencia fue la pieza más importante del triste «tercer gobierno de la revolución». Eran tiempos, dicen, en los que cualquier político tenía que pertenecer a uno de los clanes militarescos y su muerte fue causada por las luchas intestinas entre esos mismos militares que, al igual que hoy, tenían su sequito de civiles.

Para otros, Fuentes Mohr fue uno de los guatemaltecos más ilustrados y educados del país, con conciencia de la realidad nacional, de la necesidad de las mejoras del proletariado, de los campesinos y los estudiantes.  Uno de los muchos intelectuales que el capitalismo salvaje mató. Los que no creen en el hombre visionario es por causa de la ignorancia,  la desinformación de la realidad guatemalteca y del mundo. Un economista que propuso uno de los primeros intentos de la reforma del sistema tributario, estableciendo impuestos directos a los grandes capitales, con una lógica de progresividad en el pago de los impuestos a la renta y a la propiedad. Fuentes Mohr está enterrado en el Cementerio de la ciudad altense, en el panteón familiar.

BIBLIOGRAFÍA BÁSICA
-Anderson, Thomas P. 1988. Politics in Central America: Guatemala, El Salvador, Honduras, and Nicaragua. Revised Edition. pp. 40-41.
-Comisión de Esclarecimiento Histórico (CEH) (1999). «Guatemala: Memoria del silencio. Caso ilustrativo no. 65 – Ejecuciones arbitrarias de Alberto Fuentes Mohr y Manuel Colom Argueta».
Sánchez del Valle, Rosa (1999) Por el delito de pensar. Ciudad de Guatemala: CEUR-USAC/FUNDACIÓN FRIEDRICH EBERT/ FUNDACIÓN PARA LA DEMOCRACIA, MANUEL COLOM ARGUETA.
– Secretaria de la Paz (2009) Alberto Fuentes Mohr.

Fuente:
[http://www.lahora.com.gt/index.php/nacional/guatemala/reportajes-y-entrevistas/190279-fuentes-mohr-y-su-legado-a-35-anos-de-su-asesinato]

Eduardo Antonio Velásquez Carrera
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