Fray Bartolomé de las Casas, de Oxwell Lbu

Atalaya de los derechos universales,
que no discriminan porque todos somos
Hijos de Dios…

Algo que no podías ver mientras tu corazón
era preso de las conveniencias y diligencias
de este mundo…

Pero como río que arrastra piedras la conversión,
llego a vos arrastrando de raíz tus conveniencias,
y llevándote hasta el final al cumplimiento de esa
misión que el creador puso en tu corazón.

Voz que alzaste tu vos…
Y más que por rezones de conciencia,
en tu largo itinerario de viajes agotadores
de la América al viejo mundo.

Tratando con más que argumentos de convencer,
a los cómodos señores que discutían sobre si conferir
la dignidad de seres humanos a “estos” que
también eran sus hermanos…

Y para dejar precedente de esa lucha…
Que sigue siendo la lucha por emancipar
al ser humano de esas cadenas que quizás
hoy no se ven pero igual mortifican.

Escribiste tus “Historias de las Indias” que
son un grito desesperado de denuncia,
cuando nadie quería escucharlo…

Pionero en la lucha por la abolición de la esclavitud,
protector universal de los hijos de esta tierra,
tu nombre descansa como el sol en la rivera,
en las Verapaces donde se ve al Quetzal surcando
alegremente el cielo azul.

A vos Bartolomé este pueblo guatemalteco
no te ha olvidado…
Pues tu rostro ha acuñado en la moneda
de un centavo…
Esa que está al alcance de los más humildes,
así como lo estuviste vos.

Oxwell L’bu