Fiticón, la historia de un libro imposible.
Julio C. Palencia
Una novela.
¿De qué otra manera se podría intentarlo siquiera?
Una novela imposible que incluya tanto el suspiro mutilado de la madre sin el hijo, sin la hija, el grito ya apagado de un hombre repetidamente en la tortura, así como el lamento cerrado en la garganta de la mujer abusada, todos con boleto de entrada a un infierno que los guardianes de alma castrada deparaban a sus víctimas.
Una novela luminosamente necrológica y nada mórbida, que coloque monedas en los párpados de nuestros muertos-vivos, los presentes a toda hora, los que siguen y seguirán velando las armas de una patria que aún no inventamos.
Una novela que incluya las caricias todas, las que se dieron y las que estuvieron ausentes; que deletree las pupilas dilatadas y el pensamiento postrero. Una novela que nos hable de lo que ya hemos repetidamente escuchado sin entender y nos muestre lugares donde ya se han posado nuestros ojos pero que no hemos visto.
La historia de una novela que no existe de un autor que se desvanece porque su habla es anónima, creadoramente solitaria y a la vez colectiva, se llama Fiticón y tenemos invitación para asistir a su presentación. El autor es nuestro amigo Gerardo Guinea Diez.
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