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Fidel, los hombres como tú no mueren

Carlos Figueroa Ibarra

Comencé a saber de Fidel en enero de 1959 cuando una mañana mi padre le dijo a mi madre: “Te lo dije Edna, triunfaron”. Pero realmente supe de Fidel, cuando lo vi junto a sus compañeros de clandestinidad, arrimados a un radio de bulbos escuchando a un hombre de acento extraño que con voz aguda hablaba por horas. Era la Guatemala de 1960 y la represión Ydígorista se incrementaba. El radio lo escuchaban mi padre y sus camaradas en un volumen bajo, para que los vecinos no supieran que en nuestra casa se escuchaba Radio Habana Cuba. Era peligrosísimo escucharla. En cambio, era común escuchar la propaganda anticomunista acerca de Cuba. Mis abuelos en Chimaltenango escuchaban una radio novela sobre las atrocidades que Fidel cometía, cuya cortinilla inicial comenzaba con un “Conozca usted lo que sucede en la Perla de Las Antillas, convertida ahora en el infierno de El Caribe”. Y circulaban ampliamente los comics que con dibujos relataban cómo en la isla una maestra comunista les decía a los niños “pídanle a Dios que les traiga un helado”. Al no ver los niños realizados sus deseos, les decía “Ahora pídanselo a Fidel”. Acto seguido entraban un grupo de barbudos uniformados que repartían sendos helados en el aula…

Pronto me percaté de que todo aquello era una burda propaganda de la guerra fría. Hoy sabemos que Fidel pasará a la historia absuelto y engrandecido. La UNICEF nos dice que Cuba es el único país de la región sin desnutrición infantil y la ha declarado “paraíso internacional de la infancia”. En Cuba no hay un niño viviendo en la calle. Es el país de América con la tasa de mortalidad más baja y una de las expectativas de vida más altas. Tiene el sistema educativo de mayor nivel académico en la región, ha graduado a 130 mil médicos después de que se quedó solamente con 3 mil tras el triunfo revolucionario. Hoy existe un médico por cada 160 habitantes -la cifra más alta de América latina- y gradúa a más de 5 mil provenientes de 59 países. Sus logros en biotecnología y medicina de punta son espectaculares: logró eliminar la transmisión de VIH de madre a hijo y cuatro vacunas contra el cáncer. Sus victorias en el deporte son incontestables. Con el mayor porcentaje del PIB destinado a la educación, Cuba es hoy uno de los países con más alto índice de desarrollo humano.

La derecha caracterizó a Fidel como un dictador, en realidad fue y será un héroe nacional. A pesar de su liderazgo de talla mundial, Fidel fue siempre un hombre cercano a la gente. Alguna vez le dijo a su gran amigo Gabo, que su máxima aspiración era “pararse en una esquina”. Nunca lo hubiera podido hacer, la historia lo convirtió en estadista, revolucionario, gigante. Con la estatura de Bolívar, de él se podrá decir lo que alguna vez escribió Miguel Ángel Asturias de El Libertador: “Héroes como tú, no mueren, cierran los ojos y se quedan velando”.

Hoy existe un médico por cada 160 habitantes -la cifra más alta de América latina- y gradúa a más de 5 mil provenientes de 59 países. Sus logros en biotecnología y medicina de punta son espectaculares: logró eliminar la transmisión de VIH de madre a hijo y cuatro vacunas contra el cáncer.

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Carlos Figueroa Ibarra
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