Luis Aceituno
Que tenía que salir de negrito para el acto, me dijeron, y ensaya y ensaya.
“Negrito sandía
ya no digas picardías
o ya verás”.
El corazonsote de papel crepé, con la ilustración de almanaque de la Virgen, adornando la clase. La maestra insistiendo en lo del regalo y la tarjeta. Nosotros sacándole plata a mamá y ella pagándose un lindo plato con un Mickey Mouse o un preciosísimo cuadrito de loza con frutitas.
Mamita mía, hoy diez de mayo, quiero decirte que cada día te quiero más/ Mamita me dijo, que Dios me mandó, en esta canasta, que aquí traigo yo/ Lero, lero, candelero, perulero, mi sombrero/ Dale y dale con la poesía y un maje por ahí cantando Un vals para mi madre con voz de gato chipe y yo dale y dale ensayando.
“Negrito sandía
Ya no digas picardías
o te acuso con tu tía”.
Y el maldito pasito de mico que no me salía. Y la vieja tratándome de idiota para arriba, hijo desnaturalizado y esas cosas. Después del ensayo, yo con cargo de conciencia. En la casa me compraron el disco y me hacían repetir desde las cinco hasta la cena. Y yo soñando sandías. Mi mamá cosiéndome una especie de disfraz y ayudándome a copiar los pensamientos para el periódico mural.
—Mañana no traen cuadernos, vamos a ensayar todo el día —dijo la maestra y también que trajéramos el traje.
—Vaya está bueno —dijimos todos. Y uno, dos, tres…
“La patita
con canasta
y rebozo de bolitas”.
—¿Te aprendiste la poesía?
—No, pero sé esta que yo me inventé.
—Jovencito, no me importa lo que sepa o lo que invente, quiero la poesía que le dejé para aprender/ Lero, lero, candelero…/ Si tienes una madre todavía, que te ayude a memorizar esta maldita poesía….
En medio de toda una granja, pollitos, gallinas mariposas, conejos, vacas y por ahí de perdida un lobo, ensayé mi acto que le daba la nota chic al grado y ¡tas! que se le ocurre a la doña que saliera comiendo sandía, pero, eso sí, mucho cuidado con mancharme la camisa, blanca de una popelina brillante. Mi mamá desde temprano en el mercado, buscando la bendita sandía, luego que almorzás rápido, porque hay que vestirte, que a las tres son los actos.
Salí de mi casa de tacuche, con una gran bolsa de plástico, un ramo de flores y una sandía. Divertidísimo el patojo, ¿no?
Me disfrazaron con toda la anticipación del caso y me echaron shinola con crema nivea en la cara. Salieron los coros de todos los grados, cantando todo el LP de Cri-Cri, volumen II, volaron las mariposas, bailaron las gallinas con los conejos, las vacas dijeron muuu, los lobos se indigestaron de arroz con pajaritos, luego las poesías: Mi madre es una rosa, mi padre es un clavel. Mi mamá inquieta, acechando mi entrada para dispararme las veinticuatro fotos de su rollo kodak. Al fin, salí. ¡Qué clavo! No sabía si comerme la sandía o darle al pasito de mico…
“…y si te acuso con tu mamá
los mil azotes que te va a dar.
Negrito sandía
ya no digas picardías…”.
Cuando terminó el mentado baile, el pedazo de sandía tenía un leve color negro, yo la cara y la camisa hechas un asco. El acto terminó con el canto de ley…
“Madre, oyemééé
mi plegaria es un grito
en la noche.
Madre, oyemééé…”.
Todo estuvo muy bien. Mi madre había aplaudido y tomado sus fotos. Me despinté la cara y me lavé, guardé mis cosas, me puse otra vez el tacuche y cuando me disponía a abandonar el lugar, la maestra me llamó y me dijo:
—Muy bien muñeco, el próximo año sales de grillo.
Luis Aceituno nació en Antigua Guatemala en 1958 y murió en la ciudad de Guatemala el domingo 8 de diciembre de 2024. Narrador, poeta, ensayista, dramaturgo, periodista cultural y profesor universitario. Licenciado en periodismo por la Universidad de San Carlos de Guatemala. Además, tiene estudios de teatro y cinematografía en la Universidad de París VIII. Vivió diez años en París. Director de la revista cultural El acordeón, del diario elPeriódico, de Guatemala. Director del programa musical La noche de un día duro. También hace crítica de cine. Narrativa: La puerta del cielo (1982), Los años sucios (1993), Dos extraños en la noche (2003), El día que mataron a John Lennon y otras historias del lado B (2010). Teatro: El hombre de la valija (1977).
Luis Aceituno, Méndez Vides y yo creamos los Certamenes César Brañas para poesía y Luis Cardoza y Aragón para prosa. La Municipalidad antigüeña tenía el compromisode financiarlos y darles seguimiento pero no cumplió.
Francisco Morales Santos
Fuente: Tomado del muro de FB de Francisco Morales Santos
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