Ayúdanos a compartir

***…En esos Cinco Minutos Extras***

Tic tac, tic tac, tic tac…

De repente de forma altisonante

suena la alarma anunciando

el inicio de un nuevo día de rutina.

Y me arrebata de ese sueño profundo,

que me tenía ausente de este mundo,

pero este cuerpo como trota mundo,

implora cinco minutos más…

¡Solo cinco minutos!

Luego sin protestar me levantare

y me iré a trabajar aun que tu cuerpo

junto al mío me grita ¡Quédate!

Entre dormido y despierto,

como un vivo casi muerto,

en la penumbra se dibuja tu silueta

y empiezo a soñar  despierto…

En ese preámbulo de erecciones

involuntarias con que se alimentan

mis ganas de quedarme…

Contemplo tu cuerpo desnudo

del que mi virilidad se siente dueño

y que humedece cada uno de mis sueños.

En el silencio de la habitación

escucho tu respiración y siento,

tu aliento que como nubes pequeñas

forman corazoncitos que se escapan

de tu boca…

Hace frío y no sé si cobijarte

o seguir contemplando tu geografía,

la cual me siento tentado a recorrerla.

Tu…Sigues dormida como un ángel

que tras escapar del paraíso yace

tendida y fatigada sobra la almohada,

luego de esa entrega en la última alborada.

Te acurrucas a mí y en medio de la penumbra

veo esa luz de tu rostro…

Que es como una aureola de santidad en el

altar de nuestros amores…

Te abrazo y te estrecho junto a mí,

han pasado ya algunas horas

desde el último beso que te di.

Y empiezo a tener sed…

Sed de tus besos, sed de ti,

poco a poco empiezo a desdoblar

los pliegues de tu cuerpo

para encontrar tu universo.

No sé si ser santo o perverso,

recordando que en tu piel he

escrito el más hermoso verso,

ya que hacerte el amor ha sido

mi suprema poesía…

Es en ese jadeo entre contemplarte

o despertarte es que la imaginación,

juega con mis deseos…

Porque es con vos con quien he subido

hasta el séptimo piso…

Es con vos con quien mantengo esa

emoción de nuestros encuentros furtivos.

Quizás nunca lo he dicho…

Pero agradezco al cielo que tú seas

la cómplice de estas locuras en las

que hemos tocado el cielo.

Veo ese triángulo selvático y obscuro,

donde con diligencia mis dedos,

han calculado la hipotenusa…

Tus manos como una serpiente

empiezan a recorrerme,

como no queriendo dejarme ir.

Veo el reloj y esos cinco minutos

se han trocado en casi una hora,

entonces como un fugitivo

me escapo de tu cuerpo.

Me visto de prisa…

No encuentro mi camisa…

Entonces recapacitó es sábado hoy.

¡Gracias al cielo!

Ahora en mi horizonte aparece

un dilema si darle rienda suelta

a los deseos o irme a correr…

Tú sigues allí dormida…

Por lo que decidido irme a correr,

luego cuando regrese te voy a c…

Oxwell L’bu   Copyrights

All Rights Reserved