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Empaparnos de Asturias

Para enriquecernos socialmente es vital que conozcamos la obra de Miguel Ángel Asturias.

Marcela Gereda

En estos días grises y fríos uno se preguntaba ¿dónde puede caber tanta insania y tantas lecciones históricas no aprendidas? La perpetua crisis socio-económica y política de este país nos chamusca, nos abruma, nos sacude. Entonces nos gustaría tener una salida mágica, tal como La Tatuana que dibuja un barquito en la pared para escapar de la muerte.

Hay entre nosotros tanta necesidad de nutrirnos el presente y el porvenir que quisiéramos encontrar una respuesta inmediata a tanta insensatez.

En el libro Leyendas de Guatemala, nuestro Premio Nobel de Literatura, Miguel Ángel Asturias, relata en la leyenda La Tatuana, (dándole su sentido personal) la historia de una esclava cuyo amo, el Maestro Almendro, prendado de ella, la dejó en libertad, tatuándole con la uña un barco en el brazo, con el propósito de que a través de ese artificio, ella pudiera escapar cuando fuera necesario. Y así lo hizo.

Hace unos días caminando por el parque San Sebastián en Antigua, observé a tres jóvenes de secundaria con versiones impresas de Leyendas de Guatemala de Asturias, intentando descifrar los mundos mágicos del autor. No hay mejor forma de seguir celebrando el medio siglo del recibimiento del Premio Nobel, que dándole voz a nuestro más alto poeta.

Hace unas semanas visitando el museo de Miguel Ángel Asturias en Santo Domingo del Cerro con unos amigos, admiramos algunas ediciones de su obra, cartas, fotografías, composiciones musicales y artículos personales, como el traje utilizado el día de la ceremonia de entrega de su galardón como Premio Nobel.

También evoqué aquellas palabras del hijo de Miguel Ángel, al recibir la Orden del Quetzal el año pasado: “mi familia y yo, consideramos que Miguel Ángel Asturias puede ser un referente que contribuya a la construcción de nuestra identidad nacional, definida como unidad en la diversidad. Guatemala es un país multiétnico, multicultural, multilingüe, donde todas y todos tenemos algo que aportar”.

Me alegra saber que poco a poco se van rompiendo los prejuicios de esa sociedad rancia y los lugares comunes que niegan la genialidad detrás de Asturias y las falsas categorías que se le han impuesto: “racista”, “borracho”, “aburrido”, “barroco”, “comunista”. Hoy ya no hay pretexto para no entrarle a este gigante de cuya prosa se desprenden nada más y nada menos que los mundos más mágicos y proféticos de esta tierra de ensueño, capaces de cobijarnos con paisajes sobrecogedores ante esta crisis atroz que a todos nos atraviesa.

Como profesora de literatura y amante de la obra de Asturias, mi madre me contaba cómo cuando Asturias llegó a Paris a principios del siglo pasado queriendo encontrar el modernismo francés, encontró más bien bajo la guía de su eminente profesor de la Sorbonne, Georges Raynaud (quien al estar frente a Asturias pensó muy emocionado estar frente al prototipo de Homo Maya o uno de los perfiles de las estelas mayas), el mundo del Popol-Vuh. Es en la interacción con esos mundos mayas que Asturias comprende que le tocaba inventar algo nuevo: crear una nueva voz, una nueva visión cultural de nosotros mismos.

Por eso propongo cobijarnos en Asturias como un posible camino para salir de nuestra insania, recuperar su obra para conquistar la verdadera imagen que el espejo nos devuelve, la radiografía existencial de la condición de mestizos que nos habita y que siempre hemos negado.

La literatura Asturias es fundamental porque es ésta un acto de conocimiento y de autoconocimiento y porque ella es testimonio y registro de la cultura y la espiritualidad de otros tiempos y de nuestro tiempo. Es una prosa que puede sanarnos.

Para enriquecernos socialmente es vital que conozcamos la obra de Miguel Ángel Asturias, porque su literatura puede crear sentido de pertenencia y cohesión. Y porque desde su inmersión en mundos oníricos se registran maneras de ver un mundo que nos remite a nuestros orígenes.

En los contextos de crisis, cuando todo parece perdido o gris, la figura de La Tatuana que escapa de su destino fatal (la muerte), haciendo una fuga a otra dimensión, es una metáfora iluminadora. Leer a nuestro Premio Nobel, Asturias para impulsar la imaginación, combatir el analfabetismo y fundar una cultura humanística que nos libere y nos llene de poesía, color, sonidos y mundos oníricos.

Fuente: [https://elperiodico.com.gt/opinion/2018/01/29/empaparnos-de-asturias/]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Marcela Gereda
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