Ayúdanos a compartir

El “Reformador” que no supo escoger sus batallas

Danilo Santos

Los recientes hechos violentos en el Hospital Roosevelt, la calamidad de la red vial, las investigaciones de CICIG y MP en torno al financiamiento de los partidos políticos (entre otras cosas) y, los propios problemas familiares en torno al caso del Registro de la Propiedad, seguramente ponen al Presidente de la República en un brete importante y difícil de sortear. Sin embargo, es difícil entender las batallas que escoge y sus cursos de acción.

En primer lugar, Jimmy Morales debe entender que no posee capital político para enfrentarse a Thelma Aldana e Iván Velásquez. La tímida ejecución del presupuesto en casi todos los ministerios, sus comparecencias públicas, nacionales e internacionales; relacionadas con lo sucedido en el “Hogar Seguro”, la “corrupción”, y casi cualquier tema que toque: migrantes, Belice, dizque terrorismo, el partido oficial, el Sistema Penitenciario, la Constitución Política, la pena de muerte o lo que sea, siempre terminan con su patético histrionismo y dejando de lado los dotes de estadista que debería mostrar.

La corrupción es un problema mayor, estructural, y el combate a la misma está dando frutos desde hace dos años. Ir en contra de esa lucha es un grave error político. Nadie lo tomará en serio señor Presidente, si no hace de tripas corazón y apoya abiertamente a la CICIG y el MP.

Querer “ampliar” el mandato de la CICIG es un argumento burdo, es tan poco creíble como las declaraciones del vocero presidencial. Acusar de “chantaje” a la Fiscal es grave. En un solo día; su silencio, los rumores y, la ambigüedad de su vocero, han sido suficientes para dejar claro que el lío que el Ejecutivo se trae contra Aldana y Velásquez, es una cuestión impolítica y personal.

Faltan dos años Presidente, dos, y su gobierno no ha hecho más que gestionar pésimamente las crisis. Le falta solo un año para hacer algo por el país, el siguiente es de campaña y si ahora ya pocos lo respetan, prepárese para lo que viene. En política cuando se golpea al adversario, se gana y se pierde a la vez, la clave del éxito está en ganar más de lo que se pierde. Usted ha venido perdiendo mucho y ganando poco.

Su partido pronto lo abandonará totalmente. La pena de muerte es una cuestión de campaña electoral, no de programa de gobierno o algo para resolver la situación estructural de la violencia y el crimen organizado en el país. Cuando se encuentre solo, que será dentro de muy poco, se arrepentirá de no haber hecho equipo con quienes sí tienen capital político y podrían haberlo ayudado en su gestión. Se arrepentirá de haber hecho caso a voces que se esconden en el hemiciclo o donde no puedan ser encontrados. Quisiera decirle, como lo he hecho en otras oportunidades, que todavía está a tiempo; pero parece que no tomará ninguna oportunidad para ser ese “reformador” que usted quiere ser.

Aquel ciudadano que de vender plátanos en el mercado llegó a ser un empresario y “comediante” exitoso, que soñó con ser un “Presidente de a Sombrero”, que se vio a sí mismo como un “Reformador”; será recordado como el actor de reparto al que en la última escena le cambiaron el guion y no supo qué hacer. Bienvenido a las páginas de la historia de la política guatemalteca.

Fuente: [http://lahora.gt/reformador-no-supo-escoger-batallas/]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Danilo Santos Salazar