Otto René Hernández García
En los inicios de la década de los setentas del siglo pasado se inaugura la segunda ola guerrillera en Guatemala. Tras la invasión norteamericana en 1954 y el subsecuente derrocamiento del presidente legítimamente electo, Jacobo Arbenz Guzmán, comienza una guerra interna que por todos los medios se ha tratado de ocultar y sepultar en el olvido junto a las más de 250 mil víctimas de un conflicto invisible para el mundo.
La brutalidad del conflicto armado interno que sufrió Guatemala puede compararse a aquellos sufridos en otras latitudes como Camboya, Serbia y Kosovo, Ruanda, entre otros genocidios, y que nos deben alertar sobre los peligros de la indiferencia, la discriminación y la violencia.
En el contexto de la guerra fría en los años setentas, las guerras centroamericanas conmovieron al mundo entero y movilizaron en el Salvador, Guatemala y Nicaragua a los mejores hombres y mujeres que incluso hoy día no han podido ser sustituidos por la relevancia e importancia que representaban en sus distintas sociedades.
Fue en esos terribles años que los mejores estudiantes de la Universidad de San Carlos Guatemala se opusieron a una dictadura militar que no mostraba pena o compasión por la desgracia y el sufrimiento de su pueblo. La despiadada crueldad representada por el ejército guatemalteco solo puede ser descrita a través de los asesinatos, violaciones e insospechados actos de barbarie que hasta los gobiernos cómplices que los apoyaron dan muestras de vergüenza y repudio simulado.
En esas circunstancias, estudiantes, catedráticos y profesionales de las más distintas disciplinas denunciaron y se opusieron categóricamente a la ofensa inadmisible que propinaba el sector más conservador de Guatemala a través de grupos terroristas y escuadrones de la muerte apoyados y financiados por la oligarquía del país.
En el marco de la ofensiva militar del ejército genocida guatemalteco, en esos años, se levantaron estudiantes de la talla de Alejandro Cotí, Edgar Palma Lau, Carlos Enrique Rodríguez Agreda, Edgar Rubén Ortíz Santizo, Mariano Bonilla, entre otros.
Este octubre de 2022, se publicó en la Ciudad de México el libro Alejandro Coti, cuyo compilador fue el poeta Julio Palencia bajo el sello de Editorial Praxis.
Las quince personas que escribieron acerca de Alejandro Coti, y otras más que colaboraron en la producción de este libro, exponen de manera clara el valor humano y revolucionario de este líder estudiantil, así como su asesinato en momentos de una coyuntura social convulsa en la Guatemala a inicios de los ochentas del siglo pasado.
René Alejandro Cotí López nació en Quetzaltenango el 8 de octubre de 1952 y fue encontrado sin vida asesinado y torturado en Amatitlán el 6 de marzo de 1982. Se graduò de bachiller en Ciencias y Letras en el Instituto Normal para Varones de Occidente del que fue secretario de finanzas y presidente de la Asociación de Estudiantes. Estudio Ingeniería Quìmica en la Facultad de Ingeniería de la Universidad de San Carlos de Guatemala donde dirigió Acción Popular Estudiantil, APE, y fue secretario de cultura y presidente de la Asociación de Estudiantes de Ingeniería, confundador del Frente Estudiantil Revolucionario Robin García, candidato a secretario general de la Asociación de Estudiantes Universitarios e integrante del Consejo Superior Universitario. Fue miembro de la dirección nacional y secretario general del Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos, sección Guatemala.
Palencia, en su libro, revela el carácter histriónico y terriblemente humano del líder estudiantil en medio de una guerra declarada a la Universidad de San Carlos por el ejército del tirano Lucas García. Describe la persecución y ataques contra la comunidad universitaria e intelectuales hasta el fatídico día de la captura y asesinato de Alejandro.
Desde Vancouver, Canadá, la Columbia Británica solidaria y fraterna , tierra de adopción de la diáspora guatemalteca conmemoramos, 42 años después la vida y el legado de Alejandro Coti, líder estudiantil indígena, excepcional, revolucionario y maestro de nuestros tiempos.
Vancouver, British Columbia
27 de octubre, 2022
Fuente: SinFronteras News
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