Ayúdanos a compartir

El reciente atentado terrorista ocurrido en Francia la pasada semana contra el semanario Carlie, es una muestra de lo que es capaz el poder del fundamentalismo religioso, sin embargo, debemos tener en cuenta, que el fundamentalismo no es exclusivo de los grupos radicales musulmanes; el fundamentalismo ha sido una característica de los cristianos de occidente desde toda su historia, podemos hablar de la inquisición por ejemplo, el de las cruzadas o el de los decretos promulgados por Enrique Vlll rey de Inglaterra, que prohibieron la religión católica, lo cual provocó el posterior descuartizamiento de miles de católicos, como también de las cacerías de brujas en Salem.

Lo que sucede es que muchos de las acciones fundamentalistas de occidente se ven disfrazados, debido a que los occidentales nos consideramos una sociedad mas civilizada. Sin embargo, existen en el mundo sectas y grupos de poder fundamentalistas que dirigen naciones poderosas, las cuales, han sido fundadas sobre la base, de que son naciones elegidas y privilegiadas de Dios.

Estas concepciones fundamentalistas, provocan permanentemente actos que subyacen en las políticas de dominio y control del poder, el cual, ejercen estas naciones predilectas de Dios, sobre otras naciones, pero que igualmente resultan devastadoras para aquellas naciones que lo padecen.

Este es el caso de los puritanos norteamericanos, entre los que se cuentan los mas ilustres ex presidentes de los Estados Unidos de América. El puritanismo está integrado por grupos religiosos, que profesan un absolutismo total y que incluso han proveído una justificación religiosa a los miembros del Ku Kux Klan y que ejercen su poder desde sus transnacionales.

Estos grupos de fanáticos religiosos consideran que los EUA, son una nación iluminada por Dios y que por esta razón, Dios les concede el derecho a anexarse territorios y explotarlos a su sabor y antojo, entre otras cosas.

Esta doctrina ha sido y sigue siendo, la principal causante de que nuestro mundo viva en guerra, a extremo tal, que dicha nación, ha permanecido permanentemente en guerra desde su declaratoria de independendencia en 1776 con algún otra nación, consecutivamente todos esos años y se suman a la fecha, mas de doscientas intervenciones militares en otras naciones extranjeras.

Guatemala no es una excepción, aquí vivimos una guerra civil, la cual, en sus peores momentos, tubo serios matices de fundamentalismo religioso al mando del general Efraín Rios Mont y de un grupo de religiosos extremistas que habían importado el fundamentalismo puritano norte-americano hacia Guatemala desde los años setentas y entre quienes se encontraba el segundo de a bordo del general; el ingeniero Jorge Serrano Elías.

Los guatemaltecos tenemos muy mala memoria, pero por aquellos años, el general, encadenaba todos los canales de televisión y emisoras de radio, semana tras semana y con actitud mesiánica, nada diferente a los discursos del Chiíta iraní, Ayatolá Jomeini o de cualquier otro fundamentalista del Al Qaeda, profería sus discursos pseudo cristianos.

Hoy en el siglo en pleno siglo veintiuno, pareciera que el flagelo del fundamentalismo, siguen derramando sangre por todas partes, por tal razón les quisiera relatar una historia, a manera de refrescar un poco las características de aquella época en Guatemala y que ilustra de alguna manera lo que es vivir en un régimen totalitario.

El juego comenzaba como siempre los viernes pasada la media noche y producía mucha adrenalina. Consistía en desafiar a la autoridad conduciendo frente a ellos con excesiva velocidad, las luces altas, la música a todo volumen y en estado de ebriedad y luego insultarlos a modo de provocarlos y hacer que te siguieran.

Normalmente el juego de las escondidas, se llevaba a cabo al finalizar alguna fiesta, como un ritual que te convertía en una especie de héroe; los jóvenes hacen cualquier cosa que les produzca algo de identidad y siempre buscan hacer algún acto arriesgado que los distinga de los demás. Nosotros preferíamos llamarles travesuras.

Las acciones se iniciaban en la famosa liquor shop de la avenida la reforma, en donde se hacían apuestas, para ver quienes podían librarse de la persecución. En cualquier ciudad del mundo, si te atraparan, te costaría, que te recogerían la licencia de conducir y te llevarían ante la presencia de un juez y lo mas seguro fuese que te castigaran siendo aún un adolescente.

Pero no sucedía así en la Guatemala de los años ochenta. Por aquellos años Guate, como la llamamos, estaba gobernada por un dictador militar, quien al mando de sus ejércitos masacraba pueblos completos, acecinando sin ninguna piedad a ancianos, mujeres y niños; los actos del general Rios, eran de una barbarie tal, que se sabía inclusive que los soldados del general, acecinaban a las mujeres indígenas previo a sacar de sus vientres a sus hijos nasciturus con machetes.

Los organismos de represión del gobierno estaban integrados y dirigidos por oficiales del ejercito, que se habían especializado en torturas y secuestros, en una academia norteamericana; la famosa Escuela de las Américas, localizada en Panamá y las desapariciones forzadas, sobre todo, de estudiantes de la universidad de San Carlos, eran cosa de todos los días. El sólo hecho de caerle mal, a un miembro de éstos cuerpos paramilitares o tener el cabello largo por ejemplo, era motivo suficiente, para que te declararan comunista y te torturaran hasta morir. Así que el juego de las escondidas no era tan inocente, porque corrías el riesgo de perder la vida, si lograban atraparte.

El gobierno del general Ríos, se había constituido por un golpe de estado, era de corte protestante fundamentalista y estaba integrado por seis o siete llamados ancianos, quienes por aquel entonces eran los lideres de las iglesias el Shadai y el Verbo y de quienes se rumoreaba habían sido apadrinados por algunos senadores norte americanos con el objeto de aprovechar la guerra fría para exterminar el paganismo en Guatemala, como plan piloto para hacerlo posteriormente por toda América Latina.

Los senadores puritanos que los apadrinaron, corría el rumor, tenían la idea extremista de que la bonanza norteamericana se debía a que ellos habían exterminado casi por completo a sus tribus indígenas durante la época de su colonización, aduciendo que ellos eran tribus paganas, y aseguraban que Guatemala debía hacer lo mismo si quería salir de su sub desarrollo. Afirmaban que ellos deseaban invertir en nuestras naciones, pero que no podían invertir en tierras paganas.

Toda América será para Cristo era su lema; pero para esto se requiere que antes nos liberemos de esas tribus paganas, decían los puritanos (América para los americanos) De esta manera el general Rios y sus seis o siete ancianos, tenían la firme convicción que su trabajo de exterminar el paganismo en Guatemala, como un plan piloto para hacerlo en toda América era sagrado y que ellos eran los escogidos de Dios para hacerlo. Desde entonces el general Ríos hablaba como si fuese una especie de Mesías.

Lo cierto es que los fundamentalistas cristianos, habían logrado deshacerse de la junta militar que había dado el golpe de estado, para gobernar solamente ellos en cuanto a la guerra se refiere, cosa que por aquella época, resultaba muy difícil sin la aprobación de la embajada de Estados Unidos.

Yo había conocido a algunos de los líderes de éstas iglesias; ellos no declaraban abiertamente que el exterminio de los pueblos indígenas se estaba llevando a cabo por razones religiosas, pero afirmaban con mucha firmeza que había que terminar con el culto a Maximón, un ídolo que es venerado en el altiplano guatemalteco, he incluso afirmaban que tenían identificados en un mapa, más de doscientos sesenta templos en donde se le veneraba.

Afirmaban que los templos de Maximón estaban localizados por todo el territorio del país y que su localización tenía la forma de una serpiente, la gran serpiente le llamaban como refiriéndose con ello a Satanás. Machalá dirían los Nicas.

Sin embargo no cabe duda que les sería más fácil conseguirlo masacrándolos, siguiendo aquel histórico ejemplo, como lo hicieron los norteamericanos durante su época colonial y que supuestamente era la razón de su prosperidad. Debe ser la voluntad de Dios.

Lo peligroso del fundamentalismo es que muchas personan ignoran quienes son realmente sus líderes y cuales son sus intenciones, de esa cuenta miles de Guatemaltecos se involucraron en éstos movimientos de corte fundamentalista ingenuamente.

Recuerdo todo esto, porque cuando caes en manos de cualquier fundamentalista, difícilmente encuentras piedad, sin embargo, el sistema está tan mal, que ellos son y han sido siempre nuestros líderes, los ungidos del sistema; como también recuerdo que estos eran algunos de los pensamientos que te pasaban por la mente, cuando participabas en una de esas escondidas.

Algunos me llegaron a invitar a un trago y querían estar conmigo, había corrido la noticia que hoy iba a jugármelas a las escondidas; los asesinatos de estudiantes habían incrementado en las últimas semanas, aparecían los cadáveres torturados por las calles todos los días y corría el rumor de que el general Ríos se había vuelto loco.

Contaba con la compañía de dos grandes amigos y estábamos calentando motores, eso significaba; bebiendo ron para agarrar valor. A eso de las dos de la madrugada, tapamos la matricula del auto y salimos de la liquor; una de las condiciones era, que debíamos pasar frente a tal lugar, siendo perseguidos por los policías, allí esperaban todos los espectadores, bebiendo y apostando botellas de Whiskey.

Nos dirigimos hacia la veinte calle de la zona diez, en donde se encontraba el DIC; uno de los cuerpos represivos acusados de asesinar estudiantes y que operaba en conjunto con las fuerzas policiales y el ejercito; el auto estaba acondicionado para acelerar muy rápidamente, el equipo de sonido a todo su volumen, debió haber sonado algo de Yethro o de Led, no lo recuerdo, pero los ánimos se aceleraban en forma exponencial acompañados de una lluvia de decibeles.

De vez en cuando bebíamos un trago de ron a pico de botella, proferíamos insultos y maldecíamos a los chontes como les llamábamos para agarrar confianza. Al llegar frente a la estación de la policía, hicimos un alto, entonces comencé a tocar la bocina del auto fuertemente y a acelerarlo para retar a los chontes; en ese momento pudimos observar a uno de ellos que se dirigía a nosotros muy molesto, fue entonces cuando Fernando que iba a la par mía, le tiró un envase de cerveza que se estrelló junto a los pies del oficial.

Luego les gritamos asesinos hijos de puta y partimos a toda velocidad, segundos después estábamos siendo seguidos por dos autos patrullas y un carro particular, esos del carro particular eran los peores, la adrenalina topó los marcadores, la velocidad también, mas rápido decía Rogelio en la parte de atrás, la llantas chillaban y sacaban humo negro, escuché un disparo.

Por aquellos años de juventud yo pertenecía a la derecha del país, pero aún siendo lo que era, no podía estar de acuerdo con aquellas masacres. Pertenecía a la derecha porque desde muy joven fui educado para serlo por cuestiones de familia, fue hasta después que decidí educarme por mi mismo, pero eso requiere permitirte ser y yo por aquel entonces no era; aunque he de confesar, que tuve la suerte de tener un padre caracterizado por una gran vocación humanista, democrática y sobre todo terriblemente antimilitarista. Yo fui uno de esos gansos que siempre conoció sola la mitad de las cosas, su propia mitad.

Al dar la vuelta por el obelisco para alcanzar la reforma pudimos ver un auto patrulla frente a nosotros que transitaba lentamente y lo rebasamos a toda velocidad, pero en ese instante también nos empezó a seguir; la música sonaba fuertemente, todo sucedía muy de prisa; me encontraba tan lúcido, cuando pasamos frente a la liquor shop, habían muchas personas que chiflaban, nos vitoreaban, he insultaban a los polis, otros tiraron botellas que se estrellaron en el asfalto; no les podíamos sacar mucha distancia y eso comenzaba a preocuparme, las luces de los autos describían líneas rojas y blancas que se hacían continuas con la velocidad.

Cruzá aquí, dijo Fernando y así lo hice, di un brusco giro para tratar de perderlos, las sirenas se escuchaban muy cerca, dimos un segundo giro, la inercia de la curva fue tremenda, pero los chontes seguían aún tras de nosotros.

El auto particular se puso junto a nosotros y el copiloto sacó el cuerpo por la ventana con un arma, fue entonces que, di un giro y la parte trasera de nuestro auto, topó con la llanta delantera del auto de los judiciales, lo que les hizo perder el control y se chocaron contra una casa.

Eso nos permitió escapar y gritábamos de euforia somos unos cabrones, chontes hijos de puta y bebíamos ron.

Fue entonces que vimos otro auto patrulla, éste se dirigía en dirección contraria, pero casi de inmediato notamos que solo estaba haciendo su ronda de rutina y pasamos junto a el muy en silencio, sin embargo sucedió que recién lo rebasamos, notamos que frenaron y que trataban de regresar hacia nosotros de prisa; acelera gritó Rogelio en la parte de atrás y eso desató la persecución nuevamente por unos minutos; pero esta vez ya les llevábamos mas ventaja por lo que pudimos entrar en el sótano de un edificio sin que nos vieran y aparcamos el auto, nuestros corazones palpitaban con el ímpetu de toda la galaxia, los tres quedamos en el mas espeso de los silencios. Todo esto solamente pudimos sentirlo, pero a las sensaciones nadie las toma en serio. Esta noche celebramos como los grandes.

Éste pequeño relato es una muestra del fundamentalismo que perpetró asesinatos, secuestros y toda clase de atrocidades. Creo que debería de investigarse con profundidad el hecho de que el genocidio en Guatemala haya tenido ciertas causas subyacentes, independientemente de las causas que todos conocemos como la guerra fría y que haya sido una política de estado sino mas bien un abuso de poder por parte de los líderes religiosos que nos gobernaron en aquella oportunidad.

Debe considerarse el caso de que el exterminio de los pueblos indígenas, se debiese a causas religiosas, puesto que de ésta causal, tipifica perfectamente el delito de genocidio. Podría de ser una manera de replantear el caso por parte del ministerio publico y de sus querellantes adhesivos; aunque claro está, podría resultar una tarea titánica, si consideramos que pudiesen estar involucrados algunos puritanos poderosos y cenadores del norte.