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El fascismo ¡no pasó!

Aunque unos cuantos fracasados quintacolumnistas lo intentaron.

Mario Roberto Morales

El jueves 27 de julio se realizó en la Escuela de Ciencia Política (ECP) de la USAC –con un éxito de asistencia y entusiasmo masivos sin precedentes– el conversatorio “La verdad sobre Venezuela: un análisis crítico de la campaña mediática en contra de la Revolución Bolivariana y de la agresión terrorista de la que es objeto”. A pesar de que el ala fascista de la oligarquía local, aliada con la “oposición” venezolana residente aquí, cumplió su pública amenaza de llegar a sabotear este acto académico –y lo intentó con lujo de violento irrespeto–, fracasó en su ilegal intentona gracias a la digna y decidida acción del estudiantado de la ECP y de alumnos de Derecho que voluntariamente llegaron a cuidar el acto e impidieron la entrada a los saboteadores.

A pesar de ello, cuatro mujeres venezolanas ingresaron al salón 101 –que fue donde se realizó el conversatorio– gracias al desvergonzado apoyo que recibieron de algunos estudiantes de nuestra propia Escuela, quienes –por lo que multitud de personas pudimos atestiguar a lo largo de esa tarde– apoyan abiertamente al fascismo local y a la “oposición” venezolana (la cual transita una fase terrorista en su país), todo lo cual quedó documentado en decenas de videos tomados con teléfonos móviles. Estos obvios quintacolumnistas del fascismo vernáculo exigían a gritos que se dejara entrar a la “oposición” venezolana (sabiendo que había anunciado que llegaría a sabotear el acto) bajo el pretexto de la “libertad de expresión”. Una de las cuatro venezolanas escabullidas dentro del 101 intentó, al final del evento, intervenir contraviniendo las normas establecidas consistentes en preguntar por escrito y no verbalmente, tratando con ello de provocar un escándalo que le permitiera al fascismo local y al terrorismo venezolano decir que habían logrado “tener voz” en el acto y que éste se había abortado. Pero el salón en pleno les exigió irse y, cuando lo hicieron, el estudiantado (a excepción de los dos grupitos profascistas de la ECP, que seguían abogando por ellas) las sacó del campus, junto con un piquete de venezolanos que no pudieron entrar para perpetrar su boicot porque los estudiantes de Derecho custodiaron con arrojo la puerta de entrada del edificio M5.

El conversatorio se hizo bajo la advocación de la autonomía universitaria y la libertad de cátedra, que nos facultan para hablar de cualquier tema con (y sin) las personas que decidamos. La autonomía universitaria no recibe órdenes de gente ajena a la universidad, como es el caso del fascismo local, y menos lo hace de extranjeros de cualquier nacionalidad a quienes la ley prohíbe hacer política en nuestro país. La conducta pública de los autoevidenciados saboteadores quintacolumnistas del fascismo en la ECP, constituyó un atentado contra la autonomía universitaria de la USAC y contra la libertad de cátedra en la ECP. Por ello se han ganado a pulso la condición de personas no-gratas, que es lo menos que merece su actitud entreguista ante los enemigos históricos de nuestra casa de estudios. Y porque, además, su conducta creó el único problema de seguridad que pudo tener consecuencias trágicas.

A pesar de todo, el público puede apreciar los videos que circulan en las redes sociales y constatar que el conversatorio fue un éxito absoluto: que con él la ECP hizo brillar la autonomía universitaria y la libertad de cátedra, y que esa hermosa tarde, en la USAC, el fascismo ¡no pasó!

Fuente: [www.mariorobertomorales.info]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Mario Roberto Morales
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