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El CACIF como una creación

El CACIF se ha caracterizado por arrogarse un poder económico y político supranacional bajo el argumento de que aglutina a las grandes empresas económicas del país.

Irmalicia Velásquez Nimatuj

A petición de las autoridades ancestrales de Guatemala se retiró el Artículo 203 de las reformas constitucionales, que buscaba el reconocimiento de la justicia ancestral. Con esta posición quedó al descubierto la fuerza oscura que hay dentro del Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras, CACIF, al persistir en su posicionamiento de no respaldar la modificación a la Constitución para fortalecer la justicia en Guatemala. Esta postura no es novedosa, el CACIF se ha caracterizado por arrogarse un poder económico y político supranacional bajo el argumento de que aglutina a las grandes empresas económicas del país; sin embargo, no es el mayor proveedor de empleo, un informe del Grupo del Banco Mundial de 2014, expresa que “el mercado laboral de Guatemala está dominado por el empleo informal, y alrededor del 70 por ciento de los trabajadores en todo el país trabaja en el sector informal. El empleo informal es aún más frecuente entre los grupos indígenas y los trabajadores rurales”.

Ese mismo informe expresa que “En 2006 las pequeñas y medianas empresas en conjunto representaban el 25 por ciento de todos los puestos de trabajo creados; sin embargo en el 2010 todos los empleos fueron creados por las empresas pequeñas”. A lo anterior hay que agregar que las pequeñas y medianas empresas, según datos de Agexport, aportan el 40 por ciento del producto interno bruto del país. Estos datos y otros pueden evidenciar que no es el CACIF el mayor ente productivo nacional, sin embargo, es el que ostenta un inmensurable poder político en la vida de Guatemala, desde su fundación en 1957.

Guatemala debe transformarse y eso implica diversificar la voz del sector económico en la vida política, que debe de ser múltiple, como múltiple es la creación de la riqueza en este país. Empezando por darle voz a la economía familiar que es la piedra angular en el interior del país o en las barricadas de la capital, esa economía invisible es la que ha permitido que miles de mujeres y hombres generen ingresos y no terminen en las maras, incluso producen pequeños excedentes que invierten en la educación para sus hijos o en adquisición de bienes básicos.

Guatemala debe transformarse y eso implica diversificar la voz del sector económico en la vida política, que debe de ser múltiple, como múltiple es la creación de la riqueza en este país.

Fuente: [http://elperiodico.com.gt/opinion/2017/04/22/el-cacif-como-una-creacion/]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Irma Alicia Velásquez Nimatuj