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“Educando” a la “india” sobre racismo

Algunos no lograron ir más allá que decirme “india” a manera de insulto.

María Aguilar

En Estados Unidos el término whitesplaining se utiliza para describir la práctica de personas blancas que “corrigen” o “educan” a personas negras u otras minorías de color, sobre racismo y sus opresiones pero también sobre las experiencias propias de vida, historia y sobrevivencia.

En Guatemala esta es una práctica común de algunos ladinos provenientes de los diferentes espectros de clase e ideología.

Para algunos ladinos y mestizos, que desde pueblos indígenas se hable de identidad, raza, racismo, discriminación y sus múltiples expresiones crea una reacción confrontativa. Unos llegan al extremo de asumir discusiones del impacto del racismo en las vidas indígenas, como un ataque personal de un grupo que se empeña en ser “divisivo” por asumir voz y posicionamiento desde su identidad étnica. Otros asumen actitudes paternalistas de superioridad y ven al indígena como ignorante y con una noción equivocada de su propia historia, vivencias y cultura. Para otros,
abordar temas de raza y racismo desde una mirada indígena es caer en respuestas emocionales y subjetivas. Estas reacciones desembocan en la conclusión de que en Guatemala son los ladinos quienes asumen la autoridad de definir el racismo en sí y deciden qué expresiones constituyen racismo y cuáles no, llegando al extremo de decidir qué opiniones –dentro de las múltiples voces y perspectivas indígenas– es correcta o aceptable.

La semana pasada abordé la perpetuación de estereotipos indígenas que emergen en la película Ixcanul. Dentro de las reacciones sobresalieron las mencionadas arriba. Algunos no lograron ir más allá que decirme “india” a manera de insulto. Para otros “no comprendí que estaba observando una película de ficción”, como sí la ficción en el cine y la literatura no estuvieran atravesadas por la raza y ese comentario de racismo solapado señalaba que mí ignorancia es tal que “no supe diferenciar entre ficción y realidad.” Otros trataron de “educarme” de que Ixcanul no contenía elementos racistas, que el estereotipo del alcoholismo podía ser generalizado, imponiéndose ellos, los ladinos, como autoridades en el tema de la opresión racial y sus sutiles expresiones. Esas respuestas, aun las más “benevolentes” no son necesariamente actos racistas pero sí evidencian el privilegio ideológico ladino y mestizo prevaleciente en Guatemala.

Para algunos ladinos y mestizos, que desde pueblos indígenas se hable de identidad, raza, racismo, discriminación y sus múltiples expresiones crea una reacción confrontativa.

Fuente: [www.elperiodico.com.gt]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

María Aguilar Velásquez
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