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Gracias Edelberto por tu vida y tu ejemplo de que se lucha hasta el último soplo de vida.

Irmalicia Velásquez Nimatuj

Me acerqué a la obra de Edelberto mientras era estudiante de comunicación, mis clases de Formación Social I y II fueron los espacios en donde leí ‘La crisis política en Centroamérica’ y ‘Las clases sociales en Guatemala’. Finalmente, lo conocí en 2003 cuando era estudiante doctoral y me invitó, junto a Juan Alberto Fuentes Knight, a realizar un análisis sobre la propuesta de los pueblos indígenas frente al Estado guatemalteco. Cuando nos vimos, le dije que no me sentía capaz de realizar esa tarea y su respuesta fue clara: “tú puedes hacer eso y mucho más.” Luego con tono franco, se refirió a mi libro ‘La pequeña burguesía indígena comercial de Guatemala’, diciéndome que el estudio le parecía bueno pero que no compartía mi uso de la categoría de “pequeña burguesía”, ese fue el inicio de una discusión que nunca concluyó. Años después me invitó a reflexionar sobre el Estado como institución social y política, recuerdo que con la invitación me llegó un ensayo analítico de poco más de 30 páginas que debía leer como requisito para participar. Ese espacio de discusión, al cual me incorporé, llevó luego a fundar Semilla, proceso del cual me alejé, en la medida que empecé a enseñar en el extranjero, sin embargo, sus aportes se fueron en mi morral.

Con su partida Edelberto deja un ejemplo de lo que un cientista social está obligado a realizar. Su trabajo sobre Centroamérica muestra su acuciosidad investigativa respecto a la deslegitimación de los sistemas políticos, especialmente el electoral, que calificó como un acto que los Estados Unidos y la comunidad internacional exigen, sin importar los actores y menos los resultados, convirtiéndose en un instrumento para mantener el poder.

Planteó que para derrocar a las tiranías es de urgencia máxima la convergencia de las fuerzas opositoras y de los actores políticos, de lo contrario, el Estado terrorista se mantendrá a la sombra de gobiernos civiles institucionalizando procesos de terror. Y categorizó al Estado guatemalteco como responsable de cometer alucinantes acciones de crueldad persistente y masiva, contra los pueblos mayas, producto de sus raíces coloniales.

Gracias Edelberto por tu vida y tu ejemplo de que se lucha hasta el último soplo de vida.

Fuente: [www.elperiodico.com.gt]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Irma Alicia Velásquez Nimatuj