Dios Patria Libertad
Hace unos días tuve la feliz oportunidad de conocer República Dominicana. Asistí a la reunión del Consejo Superior de Flacso, pero pude darme tiempo de deambular por Santo Domingo y visitar el casco colonial de la ciudad, lo que fue la primera ciudad de América. Desde ese lugar, en el cual está la fortaleza de Ozama, partieron las expediciones de Hernán Cortés, Pedro de Alvarado, Francisco Pizarro y Ponce de León para conquistar el continente recién descubierto por los europeos. Visité una hermosa librería ubicada en la avenida 27 de febrero y con sorpresa pude darme cuenta de lo importante que todavía es en la producción intelectual dominicana la reflexión sobre la dictadura y personalidad de Rafael Leónidas Trujillo. Compré dos libros sobre el dictador, una biografía escrita por el historiador Euclides Gutiérrez Félix que lleva el nombre de “Trujillo: Monarca sin corona” y uno más escrito por otro historiador, Juan Daniel Balcárcer, llamado “Trujillo, el tiranicidio de 1961”. Interesante resulta que el título de Gutiérrez Félix esté inspirado en un artículo que escribiera Clemente Marroquín Rojas en la década de los cincuenta del siglo XX con el título de “Monarca sin corona en el Caribe”.
Las relaciones de Trujillo con Guatemala fueron extensas. Ayudó de manera activa a la conspiración anticomunista en contra de Jacobo Arbenz, financió a los llamados “liberacionistas”. Tan importante resultó ser Guatemala para el sátrapa que envió a uno de sus más despiadados esbirros, Johnny Abbes García, para que fungiera como agregado militar de la embajada dominicana en Guatemala durante el gobierno de Castillo Armas. Torvo, sanguinario y rencoroso, Trujillo a través de Abbes García participaría activamente en el complot para asesinar a Castillo Armas en 1957 porque consideró que el jefe de la contrarrevolución de 1954 ingratamente le había dado la espalda. Y el eslogan del Movimiento de Liberación Nacional (el extinto MLN) Dios Patria Libertad seguramente es de origen dominicano. Los ex militantes del MLN reclamaron al Partido Unionista el plagio del “Dios Patria Libertad” pero olvidaron decir, acaso ni lo sepan, que ese eslogan está inscrito en la bandera de República Dominicana y tuvo un origen revolucionario para su tiempo, contrariamente al sentido reaccionario que le dieron los anticomunistas.
Dios Patria Libertad fue la divisa adoptada por el prócer independentista dominicano Juan Pablo Duarte cuando fundó la organización político-militar “La Trinitaria”, buscando la emancipación de República Dominicana del dominio haitiano y de cualquier otro dominio extranjero sobre su patria. Duarte es con razón considerado el padre de la patria en Dominicana. Perdió casi toda su fortuna por involucrarse con una visión liberal en una lucha que concebía como una revolución independentista y finalmente fue defenestrado por sus oponentes conservadores que querían mantener sus privilegios oligárquicos y seguirse vendiendo a las potencias coloniales. Hombre de su tiempo, Duarte concebía un país vinculado a la religión católica como principio unificador y al mismo tiempo una defensa inclaudicable de la patria y de las libertades. El Dios Patria Libertad anticomunista tuvo una acepción enteramente regresiva. Defendía a Dios del ateísmo comunista, la patria de los apátridas, la libertad del totalitarismo marxista. Fue una construcción ideológica de la guerra fría propiciada por Washington que caracterizaba al gobierno de Arbenz como comunista. El gobierno de Arbez buscó la afirmación de la patria a través de la soberanía política, la independencia económica, la modernización del país y la justicia social. No se metió con el catolicismo pero la iglesia católica si conspiró contra su gobierno. Buscó desmantelar los atavismos reaccionarios heredados del orden oligárquico liberal que tuvo su expresión putrefacta en la dictadura de Ubico.
¿Quién tiene los derechos de autor de Dios Patria Libertad? No los “liberacionistas”, ciertamente tampoco los unionistas.
Tan importante resultó ser Guatemala para el sátrapa que envió a uno de sus más despiadados esbirros, Johnny Abbes García, para que fungiera como agregado militar de la embajada dominicana en Guatemala durante el gobierno de Castillo Armas. Torvo, sanguinario y rencoroso, Trujillo a través de Abbes García participaría activamente en el complot para asesinar a Castillo Armas en 1957 porque consideró que el jefe de la contrarrevolución de 1954 ingratamente le había dado la espalda.
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