Ayúdanos a compartir

Destripando luciérnagas

Danilo Santos

Las circunstancias están condicionadas por el entorno físico e histórico, lo que nos sucede hoy en Guatemala se fraguó hace tiempo y las condiciones en las que estaremos mañana serán producto de lo que hagamos o dejemos de hacer hoy.

Mientras ataquemos a los que hacen bien su trabajo y endiosemos a los que a todas luces han hecho del Estado su botín, en este “bello y horrendo país” seguiremos destripando luciérnagas y deificando capos.

La Ministra de Salud está enfrentando problemas profundos, administrativos y de política pública; enemigos dentro y fuera del ministerio, dentro y fuera del gobierno, pero está dando la talla. Puede que a muchos no guste su irreverencia y la determinación con que ha marcado un alto a lo que ella cree incorrecto o ilegal, pero de donde menos se esperaba surgen visos de lo que debiera ser la nueva política. Es el mismo caso de Solórzano Foppa en la SAT y Thelma Aldana en el MP.

Si no llegaron al gobierno con el partido de nuestra preferencia o están con un presidente que no nos gusta, eso, es algo que creo debe pasar a segundo plano y ver los resultados de su trabajo. Al final lo que importa no es que le vaya mal a quien no nos simpatiza, sino que le vaya bien al país.

La conservadora y acartonada manera de hacer la política en Guatemala no nos deja ver más allá de los gestos, la juventud o la ideología; si Ricardo Méndez Ruiz estuviera al frente de la Procuraduría de los Derechos Humanos e hiciera bien su trabajo, tocaría aplaudirlo (perdón por tan surreal ejemplo). El punto es que si esperamos a tener las circunstancias perfectas, pero no hacemos nada hoy para que así sea, jamás tendremos un grupo de funcionarios como Hernández Mack y Solórzano Foppa en el gobierno, y si además, por no ser de nuestra capilla o no caernos en gracia, los criticamos destructivamente y apañamos a sus detractores, pues seguiremos como hasta ahora: con gente ladrona, incompetente y sin sensibilidad social al frente de gobiernos y carteras.

Hacer gobierno no es fácil, sobran los prepotentes y transeros que quieren aprovechar la oportunidad de haber llegado a la “piñata pública”. Sobran los que no son funcionarios, pero proponen negocios. Sobran los ineptos. Sobran los recalcitrantes incapaces de abrir su obturada mente para ver el país de una manera distinta.

No importa quién, al que haga bien su trabajo hay que apoyarlo. A mí no me gusta “la Juntita”, no me gusta la pésima comunicación del presidente Morales y su desatinado distanciamiento de Thelma Aldana e Iván Velásquez, no me gusta la incapacidad e improvisación que muestran muchos funcionarios (que cuestan vidas, 41 niñas y adolescentes del “Hogar Seguro”, por ejemplo); pero debo ser honesto y reconocer las excepciones que representan la Ministra de Salud y el Superintendente de Administración Tributaria.

Una nueva Guatemala con todos integrados y así hablar de una República fuerte que respeta y construye presente y futuro, incluyendo las diferentes visiones de los grupos y pueblos de la nación, no es tarea fácil, pero es nuestra única salida al enfrentamiento, los discursos del odio y sus destructivos efectos en nuestra vida cotidiana.

Fuente: [http://lahora.gt/destripando-luciernagas/]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Danilo Santos Salazar