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Democracia perversa

El problema sustantivo es ¿cómo cambiar Guatemala ante la forma en que está distribuido el tablero político?

María Aguilar

Durante los regímenes militares de 1955 a 1984 se logró una fachada de legalidad y hasta cierto punto de “Democracia”. Si obviamos los golpes militares, podría decirse que se mantuvo una farsa de elecciones, aunque hubiera un único candidato, se ejecutara fraude o se obligara a las personas a votar. De igual forma, los Escuadrones de la Muerte -grupos de asesinos que operaban en tándem al ejército y la policía eliminando “enemigos”, opositores políticos y cualquiera que cayera bajo la amplia y ficticia definición de “comunista o subversivo”-  proveían al Estado de una supuesta  legalidad, al argumentar que en Guatemala no se violaban los Derechos Humanos y que la violencia provenía de grupos extremistas. Fue a través de esa farsa de democracia que el país justificaba la asistencia extranjera para continuar financiando campañas de Tierra Arrasada que ayudarían a “pacificar” el país.

Hago referencia a esto, porque hoy nos encontramos en un momento histórico similar, en el que urge cuestionar el sistema en el que vivimos. La CICIG ha demostrado la manera en la que el Estado ha sido cooptado y cómo la política partidista ha sido un vehículo para defraudar no solo al Estado sino mantener a la mayoría del país en pobreza. La democracia actual, que pareciera seguir las reglas del juego, es en realidad una democracia perversa.

Es desalentador observar cómo la transición democrática no logró romper con la corrupción heredada de las burocracias militares que gobernaron Guatemala desde 1955. Es aún, más desesperanzador reconocer que, sin cambios estructurales y radicales, los futuros contendientes de la política partidista continuarán un proceso de saqueo para beneficio propio.

El problema sustantivo es ¿cómo cambiar Guatemala ante la forma en que está distribuido el tablero político? ¿Cómo transformar  el sistema político partidista si el encargado de aprobar las reformas a la Ley Electoral es el actual Congreso repleto de criminales, tránsfugas y además incapaces? ¿Cómo lograr el mejor candidato a Fiscal General, cuando el mismo proceso es dudoso y cuando la decisión final recae sobre un Presidente errático, que ha demostrado que su prioridad no es Guatemala sino cómo salvar su pellejo, el de los corruptos empresarios que lo apoyan y los militares que lo rodean?

Fuente: [https://elperiodico.com.gt/opinion/2018/02/19/democracia-perversa/]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

María Aguilar Velásquez
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