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El «Desarrollo»

Cuento corto sobre la lucha contra la minería, 2013.

Nací en un tiempo en el cual el internet y el cambio climático estaban de moda, pero en las ciudades menos que más tercermundistas.  En mi comunidad: rural, mestiza de ascendencia xinca , analfabeta, de calles de tierra y vida comunitaria, hasta allí el “desarrollo” llegaba en los canales nacionales y las cajas de gaseosa que enferman a la gente.

Al norte del continente, inmersa en el mundo capitalista e individualista, acumuladora, invasora y con ansias desmedidas de riqueza, una empresa S.A. se quedó sin materia prima para exprimir y encontrar el preciado tesorORO.  Promovió entonces, tratados de libre comercio y políticas de cooperación para que gobiernos-siervos de países-tesoros abrieran paso a sus máquinas y químicos agradecidos por llevar “el desarrollo”.

Y dijo el títere-presidente (empresario o militar): -… y se hizo la luz.  Llegará “el desarrollo” a más de 300 comunidades en donde sobran los RECURSOS naturales (que se nos han sido dados para administrar y servirnos de ellos, a cambio de trabajo-dinero que nos permita comprar)”-

El eco de las montañas que reproducía el canto de los pájaros, el sonido del viento, el chocar de la lluvia en las hojas y la tierra, fue sustituido por el grito de las explosiones y las máquinas que devastaban las montañas haciendo un túnel profundo hacia su seno de  donde sería extraído la tierra contenedora de partículas de ORO, logotipo del “desarrollo transnacional”.

Nadie le preguntó a mi comunidad (ni a las otras): rural, mestiza de ascendencia xinca , analfabeta, de calles de tierra, si quería que máquinas destrozaran los cerros, contaminaran el agua, talaran los bosques y acabara con la vida de las plantas, el viento, animales y personas.  En medio de la ilegalidad se echó a andar un proyecto más o menos activo, mientras las comunidades preguntábamos, pedíamos, esperábamos, RECHAZÁBAMOS.

Después de años sin respuesta del alcalde, el ministro, el presidente (todos hombres), explotaron los Basta, Basta ¡BASTA!… trasplantamos la semilla de la resistencia y la lucha de nuestros corazones a la tierra fértil de la Puya, el único lugar por donde se puede entrar a la mina transnacional, asesina e invasora.  Desde entonces la Puya ha sido el centro de la dignidad comunitaria que bloquea la injusticia.

Allí desfilan las personas haciendo turnos de sol a sol, de noche a noche; desfilan aportes olorosos a café, frijol, pan, arroz; desfilan las demandas, las denuncias, las denuncias, las ganas y energías por defender la vida.  También desfilan insultos, policías, soldados, bombas, mineros, provocadores y títeres (también) del poder militar y económico con tal de callar nuestras voces y abrirle paso “al desarrollo”.

Bloqueando la entrada a la mina, las mujeres y los hombres cantan, rezan, se forman políticamente, bailan, celebran, resisten y se defienden.  El gobierno títere (militar o empresario) sigue ofertando y entregando licencias mineras –“qué va a querer, que va a llevar: oro, niquel, cobalto, plata.  Hay oferta: pague ORO y lleve mercurio”-

Mientras la resistencia de la Puya ha visto nacer tantas lunas, otras Puya’s se están sembrando frente a otras minas para defender la vida de todas y todos los seres de los diversos territorios de los diversos pueblos en este territorio llamado Guatemala.

Cuento publicado originalmente en el sitio Saraguate, CHAMALE PA’ ATZ’AN.

Puedes visitarlo aquí: http://chamalepatzan.wordpress.com