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Sin darnos cita, entre el cráter y el salón con cerrojo, entre la piedra y la espada de la mirada interior, al norte de la sombras, sobre las montes que hablan vapor y con los caballeros de la mesa redonda.

Nos encontramos en el tiempo gris, que pasaba su momento entre pócimas que nos hacían lejos de casa, reunirnos en asamblea convocada para las águilas, desde la palestra, en los inicios.

Tomamos nuestras copas, abrazándonos, y mientras la verdad se calentaba, nos saludamos diciendo:

-Hola, de fantasma a fantasma.

-¿Cómo te encuentras?, a dos mundos de historia, cerca de la última era, plástica.

-Ocurriendo en la eternidad.

-¿Y qué con eso? He tocado sus puertas con azufre, y mi ser interior no provoca la crisis ni nada que se le parezca.

“Es en la tierra donde no se existe, donde debes tocar, en donde las cosas se dicen sin pelos en la lengua al toque de la corneta y con pureza”

“La tierra de la eternidad, entre bosques de conceptos, en donde el granizo y la lluvia producen sucesos importantes, en donde germinan tus milagros y en donde a tu ser interior le otorgarás, tú mismo, el título de caballero, para que seas tú únicamente quien cambie tus circunstancias y forjes tu destino”

-Entonces ¿Qué, qué es todo aquello que interpretan ustedes? Sin recurrir a los glaciares.

“Nosotros desenmascaramos a la existencia, y ahora solamente ocurrimos; no necesitamos del pasaporte para ocurrir allí y todos los pasteles de chocolate se hacen nuestros.

“Solamente con conocer cual es su sitio, ¡ocurres! suceda lo que suceda y me divierte la luna, cuando esto sucede”

-Allí amanece y ocurre la noche, con olor a chocolate y menta; no existen los plazos pero todo se cumple.

“El amor en los rincones transcurre hacia nosotros, en la eternidad coqueteándonos con gaitas galesas, y la ud, en aquella medieval composición que se escurre en la cornisa para escapar de los violines y los chelos, que hoy los persiguen”

!Año con año verás una revolución y las uvas prenderán al vino¡

-¡Pro-música, en vez de música! De aquella que se siente en el temblar de la tierra, ¡nada de sexo!, amigo, ¡pro-sexo¡ es la palabra.

-Y ¿Cómo llegas allí, Merlín?

-Sin resbalar, digo: de fantasma a fantasma, y sin parecer necio.

-¡Allí, dices!: no hay dentro ni fuera, pero hay paso.

-Además, la eternidad es lejana y recuérdalo bien, no se trata de ir sino de emerger, como emergen en ti el coraje y la pasión.

“Si te interesa, desnúdate, hoy y bébete tú mismo tu vida con tu magia, antes de la media noche de hoy toma tu destino, para hacerte realmente libre y cuando realmente lo consigas el cráter de las cenizas tomará cuerpo y pronto, verás aparecer a tu ser interior, con todo su esplendor; como salido para la asamblea, desprendiendo toda su energía y conduciendo ese Ferrari color rojo, gritando furioso y excitado: ¡Libertad, libertad. Nunca ocurrimos sin libertad¡, y cuando no ocurrimos destruimos nuestra historia para hacernos la historia de otro”

“Ahora, dame esos cinco, y con la frente en alto acompañame, sube al auto, y atravesemos juntos este momento para dejar de existir y comenzar de nuevo, muy dentro de nosotros mismos, te desnudarás y te bautizarás en las cenizas, con la magia que tú tienes, con ese ser interior maravilloso que te hace único, y que vive para producir tu historia”

“A conducir a toda velocidad viviendo el ahora, dentro de el espectáculo de nuestras vidas, en ese Ferrari color rojo, dejando de existir más como lo hacíamos hasta hoy para vivir como solamente, se es posible vivir con nuestro ser interno, conduciéndose sin su tarjeta de crédito, libre, por el firmamento dejando estelas, sobre la quinta esencia, y huellas por todos lados”

“Entonces los dos, dejando por un momento de ser fantasmas y haciéndose como niños, subieron al auto, conectaron sus cinturones, se vieron el uno al otro gritando felices: !Hasta el centro de nosotros mismos¡ y por último, se escucharon sus carcajadas alejarse, como con efecto doppler, para luego transmitir desde el mas allá, desde los espejos, desde lo alto, la maravilla de ese engancharse, que bajo la luna sincroniza la primera y acelera, derritiendo las llantas en el asfalto infinito con la emoción de vivir nuevamente, fresco como sólo los niños, para vivir descubriendo en nuestra muerte, en la única manera inmortal de vivir: ocurriendo en la eternidad”

“ Y así es como Arturo, desde aquella mesa redonda, rodeado de caballeros, impulsado por la maravilla que es la vida, hecho niño abordo de el auto rojo, tomó su espada y alcanzó la inmortalidad”

(cuento)