Correa en Guatemala
Carlos Figueroa Ibarra
Cuando supe que el presidente Rafael Correa iría a Guatemala invitado por el V Foro Regional de Esquipulas, no pude sino intuir que sería un acontecimiento memorable. Y por ello me di el trabajo de escuchar atentamente y resumir el largo discurso del mandatario ecuatoriano. Mi conclusión es sencilla: Correa habló una hora con 45 minutos en un país cuya clase dominante ha transitado del fundamentalismo anticomunista al fundamentalismo neoliberal. En pocas palabras habló de la soga en casa del ahorcado. Porque su discurso fue una muy fundamentada exposición de carácter político y académico acerca del fracaso neoliberal a nivel mundial y latinoamericano. Correa es hoy un brillante político, pero antes fue un brillante académico. Es un hombre apasionado en la exposición, con un conocimiento extraordinario en términos teóricos y un sustento formidable en datos estadísticos. También un hombre de contrastes, como lo evidencia su progresismo económico y social y su conservadurismo en materia de género y diversidad sexual.
Los datos de Correa fueron apabullantes. Ecuador ha salido de la noche neoliberal y el posneoliberalismo ha logrado frutos impresionantes. Entre 2006 y 2013, la pobreza cayó de 37.6 a 25.6% y por primera vez la extrema pobreza se mide en un dígito pues bajó de 16.9 al 8.6%. Bajó la desigualdad pues disminuyó en un 8% la concentración del ingreso mientras el porcentaje del PIB destinado a la deuda social subió de 4.8 a 11.4% entre 2006 y 2013. Durante los gobiernos de Correa la PEA cubierta por la seguridad social pasó de un 26 a un 43%. Los salarios han crecido al extremo de que hoy se ha equiparado al salario mínimo con el salario digno, aquel que hace vivir a las familias con dignidad.
La falacia neoliberal de que es necesario incrementar la riqueza para luego distribuirla se ve refutada cuando se sabe que Ecuador ha crecido en promedio 4.3% mientras la tasa de desempleo está en 4.3%. Esto se ha logrado aumentando los ingresos públicos a través de tres medidas: combatiéndola evasión fiscal (sin subir impuestos se ha triplicado la recaudación), se percibe un porcentaje mucho mayor de la renta petrolera que antes se entregaba al capital transnacional y el servicio de la deuda se redujo del 24 al 5% entre 2006 y 2013. En el largo plazo Ecuador le está apostando a la educación, la ciencia, la tecnología y la calidad de vida. En todos estos años la inversión en educación subió 4.3 veces y en salud otras 4.6. Hoy el porcentaje del PIB destinado a la educación es de 2%, más alto que el de los países de la OCDE. Otra falacia neoliberal ha caído: la de que el mercado es la solución. En Ecuador el Estado tiene una tasa impositiva de 20% del PIB y la tasa de inversión pública más alta de la región: 15% del PIB.
La derecha en Guatemala ha destacado que en Ecuador no existe libertad de prensa. Vana defensa ante datos tan apabullantes. Hoy Correa camina con paso firme y señala el camino.
Ecuador ha salido de la noche neoliberal y el posneoliberalismo ha logrado frutos impresionantes. Entre 2006 y 2013, la pobreza cayó de 37.6 a 25.6% y por primera vez la extrema pobreza se mide en un dígito pues bajó de 16.9 al 8.6%.
- Argentina, el enojo al servicio del neofascismo - 26 noviembre, 2023
- Trump de nuevo - 19 noviembre, 2023
- Gaza, genocidio e indiferencia occidental - 3 noviembre, 2023
Comentarios recientes