Irmalicia Velásquez Nimatuj
Épocas complejas como la que vivimos, nos hace notar con una sutil insistencia la fragilidad de los caminos que transitamos y lo efímero que resulta ser nuestro paso por estas hermosas llanuras o veredas que muchas veces, en nuestro indetenible caminar, asumimos como dadas o con indiferencia. Y a veces, son las personas que han tocado nuestras vidas las que nos recuerdan que no nos formamos solas, que a lo largo de nuestra existencia aprendemos de múltiples personas, nos nutrimos de sus experiencias y de sus vidas, que como la nuestra son construidas paso a paso, con momentos dulces y amargos, recordándonos que no solo los amaneceres traen esperanzas sino también los atardeceres que nos llenan internamente con sus celajes, invitándonos a descansar.
En ese marco el sábado 6 de noviembre un colectivo de estudiantes, todas y todos indígenas provenientes de diferentes países nos unimos para festejar la vida de una de nuestras queridas mentoras, la doctora Nora C. England. Fue un momento pleno y diverso en donde las distintas culturas de las que provenimos se encontraron para tejerle un matizado perraje repleto de notas de donde emergieron sones que al ritmo de la marimba agradecieron su transitar. Fue un espacio en donde los poemas al ser recitados iban conmemorando su larga y fructífera trayectoria, que construyó en el campo de la lingüística, al lado de los pueblos originarios con quienes se comprometió formando a varias generaciones de jóvenes indígenas, como muy pocos académicos del primer mundo lo han hecho.
Ella sabía que, solo accediendo al conocimiento, al más alto nivel, podría transformarse algo de la profunda inequidad en que nuestros pueblos han sido sumidos, supo que capacidad sobraba, pero faltaban oportunidades dignas. Por ejemplo, ella fue clave en los inicios formativos de Enrique Sam Colop, académico que realizó la mejor traducción del Popol Wuj que hasta ahora se ha logrado y de Irma Otzoy, la primera mujer indígena de Guatemala en obtener un doctorado antes de que se instauraran las políticas multiculturales.
El impacto del trabajo de Nora traspasa las mediciones de los instrumentos de planificación, dado que no solo ayudó a transformar nuestras vidas individuales sino, además, las de nuestros pueblos con el análisis, recuperación y fortalecimiento de los idiomas y de los mundos indígenas, del pasado pero que siguen siendo presente y que ahora son respetado como parte de la riqueza cultural y política de nuestros orígenes. Yo no soy lingüista, sin embargo, el trabajo de Nora, como mentora, fortaleció mi sentido de pertenencia y tocó además la vida de mi descendencia.
Hoy sus estudiantes indígenas se desempeñan dirigiendo centros de investigación, enseñando en diversas universidades del mundo, trabajando en comunidades, diseñando estrategias para los idiomas que están en peligro de extinción, impulsando políticas públicas, entre muchos espacios más.
¡Te celebramos Nora y agradecemos que nuestros mundos se hayan encontrado!
Fuente: [elperiodico.com.gt]
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