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Carta de Paul Valéry a Francis de Miomandre a propósito de Leyendas de Guatemala

Mi querido amigo:

Le doy las gracias por haberme dado a leer estas “Leyendas de Guatemala” del señor Miguel Ángel Asturias. Como escritor tiene suerte, porque la traducción de su trabajo es deleitable, por lo tanto, excelente; es decir, bella, pero fiel. Una buena traducción tiene las virtudes de una esposa romana: egregia coniux.

En cuanto a las leyendas, me han dejado traspuesto. Nada me ha parecido más extraño —quiero decir más extraño a mi espíritu, a mi facultad de alcanzar lo inesperado— que estas historias-sueños-poemas donde se confunden tan graciosamente las creencias, los cuentos y todas las edades de un pueblo de orden compuesto, todos los productos capitosos de una tierra poderosa y siempre convulsa, en quien los diversos órdenes de fuerzas que han engendrado la vida después de haber alzado el decorado de roca y humus están aún amenazadores y fecundos, como dispuestos a crear, entre dos océanos, a golpes de catástrofe, nuevas combinaciones y nuevos temas de existencia.

¡Qué mezcla de naturaleza tórrida, de botánica confusa, de magia indígena, de teología de Salamanca, donde Volcán, los frailes, el Hombre-Adormidera, el Mercader de joyas sin precio, las “bandadas de pericos dominicales”, “los maestros-magos que van a las aldeas a enseñar la fabricación de los tejidos y el valor del Cero” componen el más delirante de los sueños!

Mi lectura fue como un filtro, porque este libro, aunque pequeño, se bebe más que se lee. Fue para mí el agente de un sueño tropical, vivido no sin singular delicia. He creído absorber el jugo de plantas increíbles, o una cocción de esas flores que capturan y digieren los pájaros. “El Cuco-de-los-Sueños se despierta en el alma”.

Se aconsejaba Stendhal a sí mismo, el leer todas las mañanas un poco del Código Civil. Este consejo tiene su valor. Pero una farmacopea tiene que ser completa. Después del tónico hacen falta los bálsamos y las resinas embriagadoras. Una dosis de cuando en cuando de este elixir guatemalteco es excelente contra tantas cosas…

Enteramente suyo,

Paul Valéry

Fuente: Asturias, Miguel Ángel, Leyendas de Guatemala, Madrid, Alianza Editorial.