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Buscando paz en la impunidad VII

El poder militar no se concentra solo en la política.

María Aguilar

¿Por qué luchar y demandar justicia por los crímenes de lesa humanidad cometidos durante el conflicto armado y el posterior genocidio ejecutado  por las fuerzas de seguridad del Estado de Guatemala?  Sencillo, de no lograr justicia los sobrevivientes y sus descendientes  no superarán esta etapa y el resentimiento se convertirá en histórico.  Por eso, que periodistas, analistas y políticos -que vivieron la guerra desde los medios de comunicación-  busquen frenar este derecho  revela  la defensa de sus privilegios y del estatus quo, convirtiéndose en una ofensa más hacia la vida de los miles que fueron asesinados, desaparecidos, torturados, violados y masacrados.

La ignorancia o cinismo es permanente al escuchar voces que dicen, sin evidencia, que ambos lados sufrieron por igual, que ambos “bandos” cometieron los mismos abusos, por lo tanto, por los militares juzgados un número similar de guerrilleros debería ser juzgado. Sin mencionar el desconocimiento de las voces pro-impunidad que ignoran los largos procesos jurídicos que familiares y víctimas iniciaron cuando aún no había finalizado la guerra.

La línea que busca favorecer la opción de borrón y cuenta nueva es un peligro en términos de construcción de la memoria del país, de la lucha por fortalecer la justicia y por transformar el futuro político de Guatemala. Es preocupante -luego de conocer los datos sobre la responsabilidad de las fuerzas de seguridad y del Ejército en el conflicto armado- la estrategia de sectores militares que buscan acaparar el poder político nacional. Y es espeluznante la manera en que los proyectos políticos de militares continúan reproduciéndose. Y allí está,  la hija de uno de los más grande genocidas de América aspirando a la presidencia y utilizando la restitución de la pena de muerte como promesa de campaña, cuando el 81 por ciento de las violaciones del conflicto armado registradas por la CEH, ocurrieron entre 1981 y 1983, los años en que su padre -Efraín  Ríos Montt- ostentó el poder.

Además, el poder militar no se concentra solo en la política, está presente desde hace décadas en el crimen organizado y combatirlo es un desafío,  sí lo que se intenta es liberar al Estado de las mafias que lo gobiernan y lograr una democracia.

Fuente: [https://elperiodico.com.gt/opinion/2018/01/08/buscando-paz-en-la-impunidad-vii/]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

María Aguilar Velásquez
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