Carlos Figueroa Ibarra
En 1781, en el momento de la derrota, el líder de la resistencia indígena a la colonización, Túpac Katari, dijo “Volveré, y seré millones”. La frase también fue atribuida a Evita Perón y retomada en un poema en su honor de José María Castiñeira de Dios. Similar expresión usó la tarde del 10 de noviembre de 2019, el renunciante Vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera en el dramático momento de la consumación del golpe de estado que depuso a Evo Morales como Presidente de Bolivia. Aproximadamente diez semanas después, Evo Morales presidió el acto en el que el Movimiento al Socialismo-Instrumento Político de la Soberanía de los Pueblos, eligió a su fórmula presidencial para las elecciones que se realizarán en Bolivia el 3 de mayo de 2019. Serán el economista Luis Arce y el dirigente sindical David Choquehuanca, según Evo representación “del campo y la ciudad, del conocimiento científico y del conocimiento originario milenario, unidad del cuerpo y el alma”. Ha llegado el momento de volver y ser millones. Y ese momento ha comenzado con el regreso a Bolivia y el masivo recibimiento en El Alto a Luis Arce, quien ha expresado desde el inicio que la lucha por retornar a la República Plurinacional a la Presidencia de la República no será nada fácil.
En efecto, Luis Arce no solamente fue recibido por David Choquehuanca y una multitud en el aeropuerto sino también con un citatorio expedido por la Fiscalía para que declare con respecto a un supuesto “incumplimiento de deberes”. El retorno del MAS-IPSP convertido en millones se enfrentará en primera instancia a una de las dos estrategias que ha usado la derecha para combatir a la oleada progresista en América latina: el “Lawfare” o “Guerra Legal”, también conocida como judicialización de la política. Esta estrategia complementada por la otra, la guerra mediática, han sido usadas con eficacia en Brasil, Argentina, Bolivia y en otros lugares de la región. Con un sistema judicial en manos de la derecha y de los intereses que se vieron profundamente afectados por Evo y el movimiento que encabeza, fácil es pensar que en las próximas semanas esta herramienta reaccionaria será usada para inhabilitar a la fórmula presidencial progresista o por lo menos usarla para hacerle mella de manera mediática.
Luis Arce, David Choquehuanca y el Pacto de Unidad que encabeza el MAS-IPSP, también enfrentarán a las distintas candidaturas de la derecha neoliberal Carlos Mesa y Jorge Quiroga y de la ultraderecha Luis Enrique Camacho y Jeanine Añez. En el momento de su arribo a Bolivia, la fórmula presidencial del MAS-IPSP se encuentra a la cabeza de las preferencias electorales con un 26%. Cabe esperar entonces que además de la inhabilitación jurídica de la candidatura progresista o al menos de su desprestigio a través de la “Guerra Legal”, derecha y ultraderecha pugnaran por pasar a una segunda vuelta y allí unidos lograr frenar el retorno de la “Revolución Democrática y Cultural”. Pese a ello, Luis Arce, David Choquehuanca y esta revolución, han vuelto y serán millones
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