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Rodolfo Stavenhagen

La creación de alianzas, acompañamiento honesto, comprometido y a largo plazo son procesos difíciles de lograr.

María Aguilar

El sábado pasado falleció el sociólogo y antropólogo Rodolfo Stavenhagen, un hombre que será recordado por su larga trayectoria académica pero sobre todo por su trabajo a favor de los más de 5 mil pueblos indígenas del mundo, especialmente de México, país que lo acogió luego que su familia huyera de Alemania en 1940 en medio de la Segunda Guerra Mundial.

La creación de alianzas, acompañamiento honesto, comprometido y a largo plazo son procesos difíciles de lograr, especialmente cuando se trata de trabajar mano a mano y con equidad con mujeres y hombres indígenas. Es ahí donde sobresale el aporte de Stavenhagen porque traspasó los muros académicos para analizar a profundidad temas sobre las complejas relaciones étnicas, las culturas, los derechos humanos, el derecho indígena frente a los Estados. Sus aportes teóricos seguirán siendo un referente para generaciones de indígenas, activistas, estudiantes, profesores, académicos, gobernantes o cualquier persona que quiera entender las contradicciones de Latinoamérica y sus pueblos.

Entre sus textos claves se encuentran: Siete tesis equivocadas sobre América Latina, La cuestión étnica: Algunos problemas teórico-metodológicos, Derecho Indígena y Derechos Humanos en América Latina, así como su trabajo para implementar la Declaración de los Derechos de Pueblos Indígenas de las Naciones Unidas.  Instituciones académicas y organismos internacionales como Flacso, Clacso, UNESCO, UNAM, Harvard, Stanford, el Colegio de México y muchos otros se beneficiaron a través de los años del trabajo de Stavenhagen.

Acompañando la producción académica, Stavenhagen poseía un compromiso político que le dio paso a una larga trayectoria activista en todo el mundo. Su trabajo con UNESCO lo llevó a Brasil y Ginebra para investigar  temas agrarios y políticas laborales. En México trabajó con comunidades indígenas desplazadas, además apoyó la reforma educativa, las luchas agrarias y la vigencia de los  derechos humanos.

A nivel mundial fue uno de los expertos  que trabajó en la elaboración del Convenio 169 de la OIT y en el 2001 se convirtió en el primer Relator Especial de Pueblos Indígenas de la ONU.

Rodolfo Stavenhagen vivió para demostrar que la academia debe trabajar en la creación de espacios de debate y reflexión pero unido a un compromiso de vida con pueblos indígenas promoviendo las condiciones de igualdad.

Fuente: [www.elperiodico.com.gt]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

María Aguilar Velásquez
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