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Irmalicia Velásquez Nimatuj

La sesión plenaria de la conferencia anual de la Asociación Nacional de Estudios de la Mujer (NWSA por sus siglas en inglés) que se está realizando en Minneapolis, Minnesota, se dedicará hoy al impacto que bell hooks tuvo en la vida de miles de mujeres escritoras y creadoras de color, consideradas y asumidas como “minorías” desde el poder de quienes han controlado la academia clásica y la han encerrado en espacios hegemónicos. 

bell hooks nació en septiembre de 1952 en Hopkinsville, Kentucky y falleció en diciembre de 2021 en Berea, Kentucky, heredándonos un valioso legado de ideas, teorías, propuestas y críticas que nutrirán permanentemente las diferentes luchas de las mujeres marginales del mundo que viven y sobreviven en medio de un sistema económico complejo que ella definió como un “patriarcado capitalista imperialista y supremacista blanco” en su libro: La voluntad del cambio: hombres, masculinidad y amor (2004).  En donde planteó que el no intentar entender los nudos del sistema provocan solamente risa, risa que se convierte “en sí misma en un arma del terrorismo patriarcal.”    En ese mismo trabajo les dijo a los hombres que “la crisis que enfrentan no es la crisis de la masculinidad, [sino] es la crisis de la masculinidad patriarcal” y enfatizó que “hasta que [no] aclaremos esta distinción, los hombres seguirán temiendo que cualquier crítica al patriarcado representa una amenaza” [para ellos].

De hecho, la vida de bell hooks fue un ejemplo de lo complejo y difícil que es desafiar al sistema en donde se nace, si se nace fuera de los espacios de privilegio en donde prevalecen las opresiones como medios de control directos o indirectos y que terminan siendo violentos de múltiples formas, por eso, en su libro Communion: The Female Search for Love (2002) abordó que “las niñas generalmente se sienten fuertes, valientes, creativas y poderosas hasta que comienzan a recibir mensajes sexistas que las socavan y las alientan a ajustarse a las nociones convencionales de feminidad.”

Si algo caracterizó a bell hooks fue su agudeza analítica para insistir en la importancia de usar un análisis interseccional desde cualquier espacio de trabajo en el que nos moviéramos, para comprender el lugar en el que los cuerpos, las vidas o las ideas de las mujeres afro o indígenas eran colocados y que ella presentó en sus escritos o en sus intervenciones públicas de manera sencilla, que hacían reír a veces, pero que en el fondo, cumplían su cometido, tocaban la piel, el sentir y la conciencia de quienes la leíamos o la escuchamos.

Para quienes apostamos por la academia, como un medio para intentar abordar las agudas exclusiones de los mundos en donde vivimos, siempre nos recordó en su libro Teaching to Transgress: Education as the Practice of Freedom (1994) que “La academia no es el paraíso, pero el aprendizaje es un lugar donde se puede crear el paraíso. El aula, con todas sus limitaciones, sigue siendo un lugar de posibilidades.  En ese campo de posibilidades tenemos la oportunidad de trabajar por la libertad, de exigirnos a nosotros mismos y a nuestros compañeros una apertura de mente y de corazón que nos permita enfrentar la realidad, incluso mientras imaginamos de manera colectiva las formas de movernos más allá de las fronteras que debemos trasgredir.”  

“Hasta que [no] aclaremos esta distinción, los hombres seguirán temiendo que cualquier crítica al patriarcado representa una amenaza” [para ellos].

Fuente: [elperiodico.com.gt]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Irma Alicia Velásquez Nimatuj