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Atitlán: metáfora del país

Es apenas hasta hace una generación que todo lo que compramos viene empaquetado en plástico.

Marcela Gereda

Hace unos días circuló en redes sociales un video sobrecogedor del lago de Atitlán, debajo de Cerro de Oro, aquellas aguas que un día fueron cristalinas, las vimos desbordadas de cianobacteria.

Estas imágenes tristes de Atitlán como un pantano marrón, viscoso y agonizante son acaso la metáfora de la impunidad, de gobierno fantoche y ausente. No es solo la falta de plantas de tratamiento, ni la cantidad de químicos que llegan a través de abonos tóxicos que hacen surgir la cianobacteria, sino es también la incapacidad institucional del Ministerio de Medio Ambiente de apegarse a los planes de rescate ante este ecocidio.

Es apenas hasta hace una generación que todo lo que compramos viene empaquetado en plástico. Cada día arrojamos miles de toneladas de plástico, todo ello contribuye a alterar y destruir los ecosistemas.

Además el drástico cambio de una dieta basada en maíz y frijol a una dieta de gaseosas y comida chatarra, no solo disparó los índices de obesidad y diabetes en la población, sino agregó un nuevo elemento al paisaje: nos estamos ahogando en nuestros desechos.

Existen varios esfuerzos colectivos e individuales para que esta basura plástica y química generada por las grandes e irresponsables corporaciones tenga no solo una regulación para ser vendida, sino además estos productos (venenos) deban de tener un impuesto específico para financiar los costos de sus efectos. Si vamos a salvar el lago de Atitlán solo puede ser a través de dejar de usar agroquímicos y pasarnos a formas de abono orgánico, contar con plantas de manejo de desechos y de aguas residuales.

De muchos proyectos y esfuerzos ecológicos en Atitlán, la iniciativa Pura Vida me asombra por el trabajo de hormiga; constante y perseverante.

Me pregunto, cómo es que las empresas de bebidas gaseosas que tanto repiten que “aman” a Guatemala no están invirtiendo en pasarse a la venta de botellas de vidrio.

¿Se imaginan cuánto dinero podría ser destinado a combatir la pobreza, la malnutrición, al rescate del lago de Atitlán, a educación y tanto más si los políticos que han saqueado al Estado devolvieran los miles de millones robados?

Pura Vida inició en enero de 2004 en San Marcos La Laguna para resolver los problemas de basura. Desde entonces se han dedicado a la educación ambiental. Hay en San Marcos una escuela construida de botellas PET. Sin embargo, estas medidas son paliativas porque debemos detener la producción de plásticos de un solo uso, ya que reciclar no es una solución sostenible. Estas acciones son referentes sobre el cual hacer y gestionar política pública para una sociedad sin sistemas de reciclaje, inmersa en una catástrofe ambiental en la que nos estamos ahogando en nuestra propia basura. Exijamos a nuestras autoridades y los empresarios ser más responsables con la población y con el medio ambiente para recuperar nuestros paisajes y la consciencia de que somos parte de muchas formas de vida que esperan a que reaccionemos ante este ecocidio con inteligencia y sensatez.

Fuente: [https://elperiodico.com.gt/opinion/2018/10/15/atitlan-metafora-del-pais/]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Marcela Gereda
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