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20 años después

Es una crítica y un llamado a reflexionar sobre los costos de la Paz y las negociaciones realizadas desde posiciones de privilegio de izquierdas y derechas.

María Aguilar

El miércoles pasado se presentó en la ciudad de Quetzaltenango el documental titulado 20 Años después, dirigido por Anaïs Taracena y Rafael González, que se centra en la vida de excombatientes del Ejército Guerrillero de los Pobres, EGP, a dos décadas de la firma de la Paz.

El documental, presentado en espacios nacionales e internacionales, insta a reflexionar sobre los costos humanos de la paz y nos lleva a cuestionar ¿qué pasa después de que se entregan las armas? Esperando que el trabajo genere una discusión amplia, me centraré en tres temas.

Primero, la importancia del testimonio de excombatientes. Este es uno de los pocos documentales en donde excombatientes, hombres y mujeres de base son los protagonistas que relatan su historia y reflexionan desde su posición de actores políticos de izquierda, quienes asumieron la ruta de las armas como el camino para cambiar Guatemala. Además, el incluir voces de mujeres rompe con la narrativa masculina y jerárquica, que acapara las pocas producciones realizadas sobre el mundo guerrillero guatemalteco.

Segundo, hay que reconocer que la ausencia de voces se debe al clima de criminalización que ha impedido analizar y reivindicar esos testimonios, así como las vivencias y participación orgullosa de hombres y mujeres, mestizos o indígenas, dentro de los grupos insurgentes del país. Lastimosamente, en Guatemala la utilización de algunos términos continúa siendo una forma de criminalizar. Guerrillero, subversivo o revolucionario son categorías que, aún hoy, son estigmatizadas.

Finalmente, 20 Años después es una crítica y un llamado a reflexionar sobre los costos de la Paz y las negociaciones realizadas desde posiciones de privilegio de izquierdas y derechas, que dejaron en situaciones precarias y en un limbo a las bases, a aquellos quienes creyeron y dieron sus mejores años y vida a los proyectos revolucionarios. Durante las negociaciones de Paz, el cerrar filas para ir tras ciertos objetivos políticos, llevó a la jerarquía guerrillera a descuidar las necesidades de reincorporación de los combatientes, quienes se convirtieron en personas sin destino. A más de 20 años de la Paz es momento para el debate sobre las complejidades que implicó la participación en las filas guerrilleras y sobre esto, sigue pendiente la discusión.

Fuente: [https://elperiodico.com.gt/opinion/2018/03/19/20-anos-despues/]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

María Aguilar Velásquez
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