Capítulo I, de Iván

El auto rueda por las calles, su mirada se posa repentinamente en una silueta de zapatos blancos de bailarina de ballet, falda pantalón color café, labios pintados con un rojo carmesí, rodeado de un color menos tenue en el contorno de los labios… su silueta adornaba el pensamiento, y cabellera rubia de pelo liso que el viento movía al compás del tiempo.

–Qué bella– Piensa para sus adentros y se queda grabada esa escena en su memoria.

Tiempo después, Roberto, ( un amigo, si es que se le podría llamar así) lleva a Jaqueline a una entrevista de trabajo.

Esteban rememora lo sucedido días antes, cuando ella atravesaba la calle, y él sonríe mientras mueve la cabeza de un lado a lado.

Ella, Jaqueline, ondea su hermosa cabellera rubia y su cuerpo esbelto se refleja en el cristal de la ventana. El observa, perdiendo su mirada en la belleza de ella, sus labios pintados de color rojo carmesí, delineados en su contorno con un color que agraciaba más su belleza,

–Bella dama– dice para sus adentros una vez más, jamás pasó por su mente lo que iba a acontecer.

Mientras los días pasaban, María,  la esposa de Esteban, lucha una batalla dura contra el cáncer y la cual pierde. Dos hijas quedan, Yanira y Favette; el dolor de esa pérdida fue tan duro que el recuerdo de María es para Esteban aún doloroso, ella ha perdido su lucha contra el cáncer… contempla triste a sus dos pequeñas sintiendo que sus ilusiones y sueños han quedado en la nada… se marcharon de ahí.

El la amaba pero sabía que tenía que dejarla ir y con el dolor en su vida le dijo un día al oído –Mi amor, ve a descansar–.

Para ese entonces,  María ya no pronunciaba palabra alguna, el tiempo había llegado, todos lo sabían, pero todos igual lo callaban, mientras sus lágrimas se hacían evidentes sobre sus mejillas sin control, pero es necesario decirle que es tiempo que deje de sufrir… al otro día María descansa y el tiempo diferente empieza. El gran amigo de siempre, el amigo de los años está junto a Esteban, Pedro, se conocieron en 1ero básico y jamás pensaron que la amistad los uniría por siempre. Pedro, con el dolor de María, a quien también quiere mucho, ya que le conoció dos días antes de que Esteban la conociera, y han compartido una amistad pura, siente el dolor de ver a María vencida por el cáncer sabiendo que es una mujer fuerte, y escondiendo las lágrimas para no hacer más fuerte el dolor de Esteban, a su lado dándole ánimo. Son de esos amigos que no necesitan palabras, con sólo un mirada se sabe que él esta ahí, que no importa el tiempo, la amistad de ellos es de la buena dicen muchos que les conocen.

La familia está unida, la madre de Yanira y Favette descansa ya, la abuela paterna está al lado y empieza la dura tarea de educar y ayudar a cuidar a la niñas con Esteban, padre de ellas, muchas cosas cambiarán, muchos dolores vendrán, decepciones a granel estarán a la puerta, equivocaciones se verán, pero ellos siempre estarán juntos y el tiempo será su mejor aliado; Esteban las ama con toda su vida y ellas lo entenderán con el tiempo y el amigo de siempre, Pedro, siempre junto a él. El tiempo sigue su curso inevitablemente y empieza la historia… de otra historia.