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(Costumbres de Guatemala)

Como por arte de magia, un día sin saber, ni como, ni cuando, la imagen del niño Jesús, desaparecía del nacimiento a la vista de los pastorcitos de arcilla y los paisajes simulados, impregnados de aromas a manzanilla, musgo y aserrín…

No pocas veces “El rapto del Nino” se daba con la complicidad, de alguno de los miembros de la familia… La mama afligida, por la desaparición del niño, salía a las calles a pregonar el “Rapto” de la imagen, con la esperanza que alguien le diera, el paradero de donde se encontraba o de quien sería el raptor…

Dicho rapto solía acontecer, en los días posteriores a la navidad, o aprovechando la confusión, debido a la entrada y salida de la gente de las casas, dando el abrazo de año nuevo o en una de las fiestas que se organizaban, para la navidad o bien para despedir el año. No pasaban muchos días, para que en una nota, puesta con cautela debajo de la puerta.los raptores, sin identificarse, enumeraran las condiciones para la “Entrega del Nino.”

Endicha note, solía solicitarse a los dueños de casa, el permiso correspondiente, para organizar la fiesta o repaso, que mas bien la razón, por la que se “Robaban al niño”. A los pocos días, los raptores, nombraban un “mensajer@” el/la cual pactaba con los dueños de casa, el “Protocolo de entrega” que incluía, la fecha y hora para la entrega, que el “Niño” fuera entregado con vestido nuevo (Ya que era la costumbre, que la imagen estrenara ropa nueva cada año nuevo), en una bandeja decorada con flores o frutas, se solían hacer acuerdos, en cuanto al refrigerio y comida que se serviría en la fiesta, que usualmente incluía, tamales , ponche, panito y café, así como algunos otros tipos de comida, refrescos en fin. Era opcional para los dueños de casa, el cooperar con los gastos de la fiesta de entrega del niño.

Dichas entregas solían pactarse durante el periodo, del Día de Reyes (enero 6) al 2de Febrero día de la Candelaria. Una vez realizados los arreglos correspondientes, llegaba el día de “La entrega del Nino” al cual tanto invitados y colados, asistían por igual. De la casa de los raptores salía, la pequeña imagen, en una especia de procesión donde no faltaban los patojos retozando, las muchachas y muchachos acompañando a los captores, en un ambiente de fiesta y alegría. Más adelante, quemando cohetillos y gritando “Allí viene el niño” se veía a los cómplices del plagio…

Al llegar a la casa, ya una muchedumbre acompañaba a aquella procesión, más los que esperaban adentro. Siguiendo “El Protocolo de Entrega” se hacía entrega de la imagen, a los dueños, los cuales hacían el reconocimiento del niño, luego era entregado al más joven de la casa para fuera colocado en el nacimiento, junto a José, María y los Reyes magos. Para entonces los captores, procedían a pronunciar “El discurso del Perdón”, luego del mismo los dueños de casa, lo concedían, no sin antes imponer, alguna “Penitencia” la cual iba, desde comerse un tamal súper enchilado, luego un vaso de ron y especies, hasta tener que realizar algo gracioso. Después se procedía a realizar el rezo del último día de la novena, con la participación en primera fila del o los captores, así como de sus cómplices. Concluido el “protocolo de Entrega” se daba inicio a la fiesta o repaso. Todo aquello en un ambiente familiar, donde los vecinos del lugar, aprovechaban para estrechar esos lazos de amistad, que a través del tiempo y la distancia los sigue uniendo, sin atarlos…

Oxwell L’bu