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Carta al ciudadano “X” (1)

Manuel R. Villacorta O.

Tú tienes el privilegio de saber leer y escribir. Tres de cada diez guatemaltecos por razones tales como la marginación, la pobreza, la ruralidad o pertenencia étnica no lo pueden hacer. Tienes además la ventaja de tener acceso a internet, por cada guatemalteco como tú, nueve no pueden hacerlo. En alguna forma, eres una persona privilegiada. Mi mensaje llega a muy pocas personas. Es evidente que por esas condiciones, tienes el poder y los recursos de incidir en mucho.

Te voy a plantear diez preguntas. Imagínate que pudieras hacerlas a su vez a las personas de tu más cercano entorno, amigos, familiares y compañeros de trabajo. Sería tan interesante oír las respuestas. Acá te las expongo: 1. ¿Estás experimentado algún tipo de miedo en tu vida? 2. ¿Vivir en Guatemala te genera incertidumbre? 3. ¿Estás decepcionado/a del país que construimos? 4. ¿Crees que tiene sentido seguir reproduciendo día a día las mismas rutinas sociales con todo lo que esto implica? 5. ¿Si pudieras trasladarte a otro país que te ofrezca mejores perspectivas de vida lo harías? 6. ¿Crees que saturando las cárceles de corruptos Guatemala cambiará? 7. ¿Confías en el actual gobierno, la clase política y las instituciones que tenemos? 8. ¿Estás agobiado/a de escuchar tanta retórica sin sentido y tanta noticia de prensa que parece no llevarnos a ninguna parte? 9. ¿Cómo visualizas a Guatemala en el año 2025? 10. ¿Crees que realmente a alguien le importa el futuro de nuestro país?

No se tú, pero yo creo que estamos perdiendo capacidades tales como pensar, meditar, reflexionar, analizar, discutir, proponer y pretender acuerdos. Tanto en nuestro entorno familiar como en el contexto social. Ubico dos razones fundamentales: el exceso de recursos cibernéticos al que nos hemos enviciado, lo que nos secuestró el contacto humano directo y nos recluyó en una burbuja individual solitaria y egoísta, que nos anula como personas. Asimismo, la lucha por subsistir que día a día nos extrae todas la energías y nos impone objetivos de sobrevivencia, aun cuando ello implique -seamos sinceros- pasar sobre los demás. Sea esto último con agresividad o con cuidadosa sutilidad.

Que lejos está aquella vida en donde actuábamos diferente. En donde el amor y la amistad eran los vectores más valiosos para conducirnos. Los más jóvenes -no importa su clase social-ahora son pragmáticos. El objetivo es tener, no ser. La solidaridad para muchos de ellos es un invento de los corderos que no se atreven a ser lobos en un mundo plagado de carnívoros. Y es de comprenderlos. Esta realidad nosotros la construimos y en ella los insertamos, ellos responden con la más evidente capacidad de adaptación, sin haber leído y sin conocer a Charles Darwin.

Te propongo darte un respiro. Apártate temporalmente de tu forma de vida, especialmente de todo recurso electrónico, en especial de ese adictivo teléfono. ¿Te atreves a apagarlo por una hora, salir a caminar y a reflexionar respecto hacia donde se dirige tu vida y la vida de los 17 millones de guatemaltecos? Volver a pensar y volver a sentir quizá sea el inicio del verdadero cambio. ¿Estás de acuerdo?

Fuente: Siglo.21 [www.s21.gt]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Manuel R. Villacorta O.